Tenía que pasar. La cada vez más tenue barrera entre cine y vídeo juegos tenía que ser traspasada tarde o temprano. Y ha sido un director de la reputación y prestigio de Steven Spielberg quien ha osado cruzar tan débil frontera. El cine es ya un videojuego y viceversa. Todo vale con tal de impactar al espectador. No es suficiente ya con sentarse a ver una película, debemos sentirnos parte de la misma. Buena parte de todo ellos se ha conseguido en Ready player one. Los efectos digitales son tan apabullantes como para dejar noqueado al espectador más versado en el cine de acción actual. Desde luego, Spielberg se ha actualizado, con más de 40 años de carrera a sus espaldas, Spielberg no da muestras de ser un director caduco. Es ciertamente envidiable su capacidad para adaptarse a los nuevos tiempos tras ponerse un tanto pesado intentando contarnos la historia americana en sus últimas producciones (Lincoln, El puente los espías, Los papeles del Pentágono). Con una filmografía como la suya, a Spielberg le perdonamos todo, incluso sus patinazos más sonados como La guerra de los mundos.
Spielberg es muy consciente de la importancia del cine en la cultura popular y, más concretamente, su cine. En un film sobre realidades virtuales que se inspiran en iconos del pasado no podían faltar las referencias y guiños al cine norteamericano de las últimas décadas y a uno de sus mayores creadores. El propio Spielberg se reconoce como influencia en la cultura popular americana y mundial. Que nadie a estas alturas sea tan ingenuo como para poner en duda que estamos colonizados culturalmente por los yanquis. Spielberg parece aceptar de buena gana su rol de influencer y no duda en hacer continuos guiños a su cine y al de otros muchos creadores. Obviamente, no podía faltar el homenaje a su adorado Stanley Kubrick. Hay tantos guiños y referencias que es prácticamente imposible darse cuenta de todos. No solamente se homenajea al cine, también los vídeo juegos y la música popular reciben sus buenas dosis de homenaje. Ready Payer one es en sí un guiño, un enorme cúmulo de referencias que forman un crisol bastante entretenido. Pero es incapaz de crear nuevos referentes. Dentro de 35 años dudo mucho que nadie hable de esta cinta que entretiene pero poco más. No traspasa como lo hicieron otros films de su autor hace décadas. Ya solamente cabe hueco para el reciclaje y la actualización. Pensemos en las franquicias cinematográficas más exitosas de los últimos años. Batman se creó en 1939, James Bond tiene más de 60 años, Star wars 40, El señor de los anillos se publicó en 1954, Misión imposible adapta una serie de los 60, lo mismo se puede decir de Star trek, Stan Lee creó Los Vengadores en 1963 y Blade runner es de 1982. Incluso esa oda a la estupidez (pero de gran éxito comercial,ironías del destino) que es Transformers adapta unos juguetes de los años 80. Hasta el propio Spielberg amenaza con retomar próximamente el personaje de Indiana Jones con un Harrison Ford de casi 80 años. La nostalgia es un valor en alza. Parece evidente que Hollywood y su máximo exponente, Steven Spielberg, han perdido la capacidad de innovar o crear iconos. Incluso la música de Alan Silvestri para Ready player one recuerda a la de Regreso al futuro, franquicia a la que se rinde más de un homenaje en la trama (lo del cubo Zemeckis me resultó genial). Ya solamente saben reciclar a base de caros efectos especiales. Ahí radica el problema. Los personajes resultan planos y sin vida. Estereotipos mil veces vistos más que personajes reales. Es muy significativo que en Ready player one los personajes en la vida real sean presentados de un brochazo, impera el trazo grueso, no hay tiempo para matices. Prima el espectáculo frente a todo lo demás. Lo mejor del film es esa incursión dentro del Hotel Overlook de El resplandor. Las escenas por ordenador están muy bien resueltas y Spielberg sigue siendo un grandísimo director de cine de aventuras por mucho que este film diste mucho de sus mejores trabajos. Creo que el problema radica en un guión bastante simple. Es una pena que la crítica social sea tan leve y manida.
Ready player one es tan entretenida como intrascendente. Como aquel Parque Jurásico de Spielberg que acaba de cumplir 25 años convertida en otra franquicia sin solución de continuidad.
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