Ya tengo uno de mis discos favoritos de lo que va de año. Se trata de Violence, el nuevo trabajo de Editors. Tras varios bandazos estilísticos y reinvenciones forzadas por la marcha de miembros fundamentales, este grupo sigue buscando su propio sonido. Cierto que su estilo parece siempre ligado al mejor pop británico de los años ochenta, pero The editors no son un mero pastiche o refrito de sonidos pretéritos. Violence aúna de forma envidiable rabiosas guitarras habituales del grupo con la experimentación electrónica más actual. Tom Smith, líder y compositor del grupo, ha parido nueve temas soberbios, complejos y con múltiples capas, de esos que uno aprende a disfrutar con las sucesivas escuchas. No estamos ante un disco fácil de escucha rápida y olvido inmediato. Tampoco se podría enmarcar fácilmente dentro de un único estilo. Muchos temas cambian de sonido de forma inesperada, sorprendiendo al espectador con giros estilísticos que, contra todo pronóstico, acaban convenciendo. Puede que a muchos oyentes los arreglos electrónicos les produzcan urticaria, pero creo que son necesarios para crear ciertos pasajes sonoros. Smith se sirve de instrumentos orgánicos y electrónicos para mostrar sus demonios internos. Lo sintético y lo pasional se conjugan para ofrecer unos bellos temas repletos de densas atmósferas. No es casualidad que en Violence el pop no resulta banal, la electrónica no es hedonista ni el rock invite a la evasión. The editors huyen de las etiquetas y han logrado su propio sonido, particular y reconocible. Ahí tenemos la belleza y la elegancia propias de un compositor en estado de gracia. Violence necesita su tiempo para que temas como Cold, Hallelujah (So Low), Magazine, Belong o Violence acaben atrapando.
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No me extiendo más. Lo dicho, un disco recomendable de principio a fin en el que no sobra ningún tema.
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