Ufff, ya lo veo venir, desde lejos y a mi el debate sobre Joe Bonamassa me aburre cada vez que saca un disco, sobre si es bueno, malo, frío o caliente. Escuchar la opinión de ciertas personas sobre su forma de tocar me hace pensar, la de otras, tomar el camino contrario al de su opinión. Al final, me centro en disfrutar de lo que hace, que suele ser la gran mayoría de las veces con lo que me quedo, porque reconozco que a mi, Joe consigue atraparme. Lo de Beth Hart es diferente, ahí no suelo partir peras, me reconozco un fan absoluto de la Hart, y aunque su salvajismo se haya ido apaciguando con el tiempo, y para mi, con «Better than home» haya tocado mi techo personal, cuando presenta guerra yo saco sin premuras mi bandera blanca y me rindo a sus pies y sobre todo a su garganta. Es lo que hay. Así que cuando ambos dos se juntan, que por suerte se ha convertido ya en una provechosa colaboración especialmente para nosotros, que disfrutamos del talento de los dos.
Dejada clara mi predisposición a pasar un buen rato con Beth y Joe, que tanto monta, monta tanto, que mejor que pulsar el play y dejar que la música nos sirva abundantemente este café negro. Suenan los acordes de «Give it everything you got» de Edgar Winter. Esos vientos, la voz cortante de Beth y el riff omnipresente de Joe mueven mis pies y me pone sobre aviso. Beth Hart ha conseguido partirse el alma cada vez que afronta una balada, que su voz sea un vehículo de emociones incapaz de dejarte indiferente y con «Damn your eyes» on iba a se diferente. Lucimiento de Bonamassa en «Black coffee», solo hay que escuchar esa guitarra para comprender que este tipo tiene ese algo especial, que el blues eléctrico es energía transformada en acordes para él. «Lullaby of the leaves» nos vuelve a poner en bandeja a la Beth más íntima, a su desgarrada garganta como inseparable compañera, y me hace estremecerme con cada palabra, con cada susurro, y no se queda atrás cuando entra esa guitarra, con un solo que parece tener voz propia.
«Why don’t you do right» es puro ritmo, teclados, vientos, voz, no dejes de mover tu cintura, tus dedos mientras imaginas lugares donde disfrutar. Y si buscas seguir bailando, «Saved» es tu momento, rock acelerado y travestido de soul, chasquea tus dedos, apura el último trago y sal a la pista de baile mientras la parroquia hace coros con sus palmadas. «Sitting on top of the world» es un clásico mil veces revisitado al que Beth y Bonamassa le otorgan un poso más rockero. Estos dos se atreven con todos y hacen suya «Joy» de Lucinda Williams, con una guitarra hipnótica y una Beth llena de personalidad. «Soul on fire» deja entrever de nuevo el buen gusto tocando que tiene Joe y como Hart es capaz de hacer suya cualquier intepretación. Cierran con «Addicted» este nuevo disco del dúo, que sigue rindiendo honores a tantos grandes y saliendo muy bien parados, sobre todo cuando las comparaciones originales son gente tan enorme como Lavern Baker, Tina Turner, Etta James o Lil Green entre otros.
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