Caretas fuera, complejos arrinconados en un lugar oscuro al que sea más que complicado acceder, ventanas abiertas que entre el aire fresco y salga el aroma añejo, desterremos de una vez para siempre los pasaportes, los visados como vara de medir, como invitación a tocar la puerta. El rock bulle, crece, se recrea en el talento de músicos que han sabido captar que el espíritu de los acordes va más allá de tu lugar de nacimiento, ya va siendo hora que los fans, los seguidores, los que también damos vida a esto asistiendo a conciertos, comprando discos, nos demos cuenta que a veces al lado de casa el arco iris tiene su final. Es el caso de los barceloneses de residencia (forman la banda dos oriundos de la ciudad condal y dos argentinos afincados aquí desde hace ya mucho) Giant Rev se hayan marcado un disco del que no puedes más que adjetivar de forma precisa y satisfactoria cada una de las canciones que conforman este disco de sabor a rock de primera clase, con ecos de gente como Bon Jovi, Queen o Foo Fighters, capaz de atravesar fronteras naturales de estilos y ser disfrutado por una mayoría social.
Pau Sastre a la voz, guitarra y piano , Jorge Carrasco al bajo, guitarra y coros, Norman Cilento (que formó parte de los maravillosos Sol Lagarto) a la batería y coros y David García a la guitarra y coros nos presentan un trabajo que derrocha calidad y estilo por cada surco, a cada instante. El disco lo abre «Little beast» con ese deje a lo Mercury en la voz y a Queen en la composición que a los fans de la banda británica como yo nos saca una sonrisa de oreja a oreja. «Down & out» suena a los Bon Jovi a partir de «Keep the faith», una canción por la que matarían ahora los de New Jersey. «Born to be alive» tiene un estribillo fantástico que te envuelve para no dejarte escapar y una guitarra justo en su punto que te transporta a un lugar mejor. «We do believe» y esas guitarras acústicas se manejan en este medio tiempo en el que se acercan a posturas propias del rock melódico. «Brand new day» también tiene ese principio tan característico del a.o.r. y una melodía que transmite muy buenas vibraciones.
«Let me be the one (Would I ever)» sirve para que Sastre brille especialmente (que lo hace y de que manera durante todo el disco), jugando con las melodías. «Nowadays» es un corte más intimista, en el que consiguen transmitir esa atmósfera que recrean y coronan con un perfecto estribillo. «Hey bro!» es otro derroche de melodía bien enfocado, con la voz como protagonista pero sin eclipsar a una banda que suena de manera genial. «Let the good times roll» es el título ideal para sacar la fuerza y volver a rockear potente, con las guitarras en primer plano y esa batería. «What’s on your mind?» suena potente, mucho, con la banda a por todas en el estribillo alternando los momentos melódicos y esos juegos vocales. Cierra el disco «Overjoyed» de manera magistral como guinda a un disco buenísimo que nadie debería dejar pasar.
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