La última vez que vi a Ghost tocaron bajo un sol de justicia en un festival madrileño. Poco público y un contexto muy pobre para su supuesta propuesta ocultista, cuya naturaleza parecía condenarlos a la oscuridad de las salas. Tras Meliora y Popstar, la banda -y sus agentes- le han dado un giro rotundo a su presentación en directo, convirtiéndolo en un show de estadios, con todo lo que ello conlleva.
Aunque parecía excesivo ubicar a un grupo como Ghost en grandes recintos –los conciertos de Bilbao y Barcelona cambiaron de sitio-, en Madrid pareció funcionar y el ring del Wizink Center recibió una buena entrada. Un gran escenario con tres niveles, plataformas, escaleras y mucho hielo seco sirvió para que los nuevos Ghouls corriesen, posasen y ejerciesen con mucho bajo la batuta del Papa Emeritus.
Desde el inicio queda claro cuán ensayado está el show. Compás a compás. Suenan voces pregrabadas -todos los estribillos, así como muchos pasajes de voz doblados-, pues un show de gran pabellón no se puede permitir errores. Caen canciones una tras otra, charla la justa. Rompen el hielo con «Square Hammer», arropados por el habitual excelente sonido del Palacio. El público se entrega a los épicos estribillos, contrastados con los sabbathicos riffes de unos Ghouls muy competentes. El conjunto funciona: «From the pinnacol to the pit», «Secular Haze», «Cirice». Los temas pasan en un suspiro pero, en determinados momentos, las costuras saltan a la vista y al oído.
Dentro de las cualidades del Papa, sabemos, no está la del talento vocal, y esto, ni siquiera la considerable cantidad de pregrabados lo pueden ocultar. Emeritus desentona, y se nota en temas como «He Is». Sin embargo, la banda encaja tan bien los golpes que el show sigue su curso. Cambios de posiciones, iluminación del protagonista del momento, confeti; y el lado paródico, con invocaciones a Satán y demás. El espectáculo es divertido y el repertorio, aunque escaso, de calidad pero, se ve, de antemano, que todos sus conciertos serán exactamente iguales.
Un épico final, para cantar en comunión («Monstrance clock») cerró la noche tras una justísima hora y media que se me antojó escasa. El repentino final, cuando repentinamente se encendieron las luces tras la última nota (grabada), confirmó lo ensayado, ordenado y medido del concierto, algo que no tiene por qué ser negativo, pero depende de lo que uno espere de un show en vivo, pues en este, divertido y espectacular como es, no hay lugar a la improvisación.
Setlist de Ghost en Wizink Center de Madrid:
Square Hammer
From the Pinnacle to the Pit
Secular Haze
Con Clavi Con Dio
Per Aspera ad Inferi
Body and Blood
Devil Church
Cirice
Year Zero – Spöksonat
He Is
Absolution
Mummy Dust
Ghuleh/Zombie Queen
Ritual
———————————————————————————————–
Monstrance Clock
Totalmente de acuerdo. Yo estuve en el concierto del día anterior en Barcelona. He visto bastantes vídeos de Youtube subidos por asistentes al concierto de Madrid y creo que Papa tuvo mejor noche en Barcelona. Aún así el recital pasó en un suspiro, precisamente por lo que comentas en tu artículo, es muy intenso y medido, sin sorpresas y muy estudiado, cada posición de los músicos, cuando toca subir al podio y cuando hay que permanecer detrás.
Me gustó mucho mucho pero eché de menos algo más de improvisación.
Hola Zatoichi,
Supongo que es cosa de expectativas, de lo que busque uno en un concierto de rock. En general el bolo gustó mucho, pero a mí no me terminó de llegar por esto que comentamos. Como espectáculo, genial, pero hay mucho cartón piedra y mucha cinta que, personalmente, me chirría.
Tienen temas, se venden bien, y con un espectáculo como este, seguramente lleguen a mucho más público.