Los Stonewall Noise Orchestra han sido los elegidos para abrir por mi parte las reseñas en Rock, The Best Music, y mira que tenía otras opciones (más high energy, más punkies), no era mi intención volver a los ritmos ‘colocados’ y el ‘fuzz’, pero me ha sido imposible ante semejante colección de canciones contenida en The Machine, The Devil & The Dope (2016), el quinto disco ya de los suecos de la localidad industrial de Börlange, S.N.O..
Bienvenido al mundo de la ‘Orquesta del Ruido de Muro Rocoso’...
¿Y por qué no he podido resistirme?, es bien sencillo, porque en The Machine, The Devil… hay CANCIONES, muy buenas canciones, como en todos los discos de S.N.O., eso ya es una constante en la discografía de la banda, y es que lo han vuelto a hacer con creces. Pero no nos adelantemos, unos breves datos para poner en conocimiento del neófito de donde parte y viene semejante bandaza…
Formados en 2004 tras la escisión de los stoners Demon Cleaner, los guitarras Jansson y Snicken se hacen con los servicios de unos de los cantantes eventuales de los primeros tiempos de Greenleaf, Singe, además de contar con los servicios en la base rítmica de los Unhuman Fear, Mr. Pillow a los parches y a las cuatro cuerdas con Jonas. Tras un espléndido debut con Vol. 1 (2005), Singe es sustituido por John Hermansen por un breve espacio de tiempo ya que, en 2008 Singe vuelve al redil para la grabación del segundo trabajo de la Orchestra con Constants In An Ever Changing Universe (2008). De los siguientes Sweet Mississipi Deal (2010) y Salvation (2013) sólo tengo que decir que ya estáis corriendo ‘a vuestra tienda de discos más próxima’ para haceros con ellos porque TODOS son cojonudos.
Volviendo a mis impresiones, en fin, The Machine, The Devil & The Dope matiza más si cabe la capacidad del quinteto para gestionar y fundir esa fórmula tan reconocible como de fácil asimilación entre el Stoner más directo y alejado de cuelgues, el High Energy, el Hard &Heavy 80’s/90’s y el Space Rock Psicodélico facturado por los Monster Magnet de Dopes To Infinity y Superjudge. Al igual que los anteriores propuestos en Pupilandia, Valley Of The Sun, el tratamiento de las melodías tanto instrumentales como vocales es exquisito, no son tan crudos y saturados como los Valley porque son más directos y apegados a los punteos ‘action rock’ de unos Hellacopters o Backyard Babies caso de «Welcome Home» o «Superior #1». Pero que nadie se lleve a engaño, el Stoner con el ‘fuzz’ necesario y adornado de Hard y de Black Sabbath se despliega con chulería en «Stone Crazy» o «Into The Fire» con Singe recordándonos a veces tanto a Ozzy como a Dave Wyndorf. Noto también cierta influencia a los Corrosion Of Conformity más rocosos en el espléndido y pegadizo «Don’t Blame The Demons» hasta que llega la cara ‘B’ del álbum en donde la inmensidad espacial de Monster Magnet se hace más patente en temas tan hipnóticos como acechantes caso «I, The Servant» o «On A Program».
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