El nuevo trabajo de Neal Morse Band ha ido precedido de una publicidad muy generosa por parte de su batería, el siempre poco discreto Mike Portnoy. Gritando a los cuatro viento que The Similitude of a Dream era un nuevo The Wall y/o un Tommy del siglo XXI. La verdad es que el espíritu del disco es el de las grandes obras épicas del progresivo, pero otra cosa es querer compararlas a esos clásicos intemporales.
Es cierto que este disco posee una majestuosidad mucho más relevante que otros trabajos de Morse y eso que una de las especialidades de Neal es la majestuosidad y la pomposidad llevada a lo más alto. La alineación actual de la NEAL MORSE BAND cuenta evidentemente con Morse, Portnoy, Randy George, Bill Hubauer y Eric Gillette. Es el octavo álbum de estudio que elaboran Morse, Portnoy y George, y el segundo trabajo con la alineación completa. Una obra conceptual de más de cien minutos que desde el minuto uno suena a Neal Morse sin ninguna duda, y que a lo largo y ancho de esta hazaña progresiva podemos oír o intuir ecos de Transatlantic, Spock’s Beard y Flying Colors, es decir que todos los elementos que son típicos de Morse están aquí expuestos de manera emocionada e inspirada.
El progresivo mas grandilocuente y pomposo se da la mano con temas acústicos y algún corte casi Popprog de tintes Beatlenianos que tanto le gusta al americano, evidentemente la temática religiosa y cristiana no falta y es el hilo conductor de este disco conceptual. Disponible en varios formatos y para diferentes capacidad monetarias: sale en edición de dos CD, una edición especial con los dos CDs y DVD, y como no, tres discos de vinilo, junto a los dos CDs.
Creo que al final Morse, junto a Portnoy y George han encontrado la orna de sus zapatos y estaría bien aparcar definitivamente sus otros proyectos y consolidar este Neal Morse Band, ya que, en definitiva se llame como se llame, siempre suenan a la voz cantante que justamente es la de Neal Morse. El disco basado básicamente en el libro “El progreso del peregrino” de John Bunyan publicado originalmente en 1678 narra el viaje espiritual de un habitante de la Ciudad de Destrucción que huye con su familia hacia su destino final: la Ciudad Celestial. Una temática que a los que no les guste mucho este tipo de rollo, el no saber ingles puede ser un aliciente y de esta manera concentrarse en la música únicamente que en definitiva es lo que importa. Si ya de por si el Prog en algunas de sus facetas es demasiado grandilocuente y excesivo por momentos, aquí estamos justo al límite que desborde. En palabras de Neal Morse el disco “sólo abarca las primeros 75 o 80 páginas, y tal vez deberíamos haber hecho una colección de cinco discos, pero vamos a guardar esa idea para más adelante!”
Y el segundo de abordo, Portnoy declaró; «Sinceramente, creo que este es el trabajo de mi carrera». Si Mike opina que esta es su cúspide creativa no se lo voy a debatir, ahora bien, el disco es un gran disco, pero creo que está lejos de aquellos dobles álbumes conceptuales que crearon escuela. Pero probablemente es lo mejor que ha hecho Morse and Co desde hace tiempo, dejando aparte “Sola Scriptura”, “Momentum” y los dos primeros discos de Transatlantic que para mí fuero obras maestras.
En definitiva un disco que hay que sentarse a escuchar atentamente más de una vez y no dejarse avasallar por el marasmo sónico y la vistosidad instrumental por momentos excesiva pero equilibrada por momentos con mucha frescura y de gran belleza. ¡Que empiece el sueño!
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