«La vuelta del huraño Irlandés»; un tópico demasiado manido sobre Van Morrison y que me sigue sorprendiendo ver y oír. No comprendo lo que le pueda importar a un fan o a un crítico el carácter de un músico, claros ejemplos que se escuchan a menudo son los de que si Robert Fripp es un antipático, que si Dylan no saluda, y así un largo etc… Por dios estamos aquí por la música y para disfrutarla no para sacarle defectos a unos genios que embelesan nuestras vidas gracias a su arte. Y justamente es lo que lleva haciendo muchos años Van Morrison y de mil maravillas además.
Cuando ya pensábamos que el León de Belfast había dejado de rugir, vuelve con un nuevo disco, el número 36 que se dice pronto. La verdad es que desde el primer momento al pinchar Keep me Singing parece que nos hemos vuelto a encontrar con un viejo amigo el cual no ha cambiado ni un ápice después de tantos años, posiblemente esto sea una cualidad pero también un defecto. El disco tiene todos los ingredientes perfectos para ser un buen trabajo, temas de calidad, la voz aterciopelada y potente de Irlandés, unos vientos cálidos, una sección rítmica perfecta engrasada, un hammond que derrite corazones, todo está aquí, intacto como siempre hemos disfrutado. He sido un fiel seguidor de Van the Man, posiblemente sea unos de los músicos que más veces he disfrutado en directo; con Georgie Fame, con la Lewis, etc… Pero prefiero a un Dylan que se atreve con el cancionero de Sinatra, o a un Bruce que experimenta en Wrecking Ball que escuchar otra vez lo mismo por enésima vez, y eso es lo que hará que el disco no este entre mis mejores discos de año, pero que no impedirá que lo disfrute. Ya sé que a Morrison le importa bien poco mi opinión, pero eso no me impide que pueda darla en estas líneas. El disco es bueno pero es más de los mismo, sin riesgos o sorpresas, algo que muchos agradecen pero que lastra la escucha.
Van Morrison como siempre domina el soul mas aterciopelado al estilo de Sam Cooke, el smooth jazz más untuoso, y claro nunca se olvida del lado más folklórico, es decir las melodías celtas. Canciones redondas, amables, todas de su puño y letra salvo una de ellas, una cover, “Share Your Love With Me”, tema compuesto por Alfred Baffs y Don Robey. Un corte “Every Time I See a River” con la colaboración de Don Black colaborador del famoso John Barry. Y un corte instrumental “Caledonia Swing” que cierra este nuevo trabajo y por supuesto todos los temas producidos por el propio Van Morrison.
Aquí tenemos un poco de Van el eterno romántico, Van el místico y Van el clásico de siempre. Mi preferida es sin duda “Holy Guardian Angel” con el inconfundible sello Morrison, posee unos arreglos soberbios. En definitiva un disco perfecto para pinchar entre “It Could Happen To You” de Chet Baker y “My Kind Of Blues” de Sam Cooke en una velada romántica para una pareja que ya ha sobrepasado los cuarenta. Y no me interpreten mal, su público tiende a ser de una edad madura y amantes de sonidos relajantes.
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