Ojo, que ya se que el calor puede llevaros a pensar que influencia mi ya más que maltratado cerebro, pero no, con cada escucha estoy más convencido, que «Get out of your world» de los australianos King of the north va a estar entre mis discos del año. El encanto de estos tipos, además de las pedazo de canciones que se marcan, evidentemente, es que dos tíos suenan como una puta banda completa. Ese pedal invento del guitarrista Andrew Higgs, alma y corazón de este proyecto, que hace que su guitarra suene como solista, rítmica y bajo a la vez, es su seña de identidad, junto al sonido pesado y denso, heredero del mejor hard rock de corte cavernario que te puedes echar a la cara, junto a Danny Loe en la batería, que ya no forma parte de King of the north y ha sido sustituido por Steve Tyssen . Este es su segundo disco y superan con creces aquel prometedor debut, a base de poner sobre la palestra toda una rama de influencias que van desde los setenta a los noventa, siempre con los riffs como hilo conductor de su sonido.
Ya la inicial «Ride», con esos desvaríos desérticos y ese riff contundente, muestran que están en el camino correcto. En su universo, se pueden dar cita desde Soundgarden a Hendrix, de stoner al hard más vintage, con todo lo que sean capaces de calzar en medio. Destaca esa parte central hipnótica que te lleva en su viaje a través de la canción que da nombre al disco. Salvajismo en «Love like fire», ahondando en el stoner con «Burn» y su riff omnipresente, además de la participación de Lucius Borich (Cog) en la batería. Mirada profunda a los setenta en «Hard wired for hard times», con un riff pegadizo, a la que sigue la potente «Ride like you’re free». Vuelven los sonidos pesados en «Down to the devil», riff machacón y mucha melodía de voz , mientras que John Scott de The Mark of Cain, que pone su voz en la espectacular «The mountain».
«Caught between two worlds» juega con unas fantásticas melodías mientras «Hard days are done», es puro Led Zeppelin. «No stone left unturned» sigue viajando décadas atrás, porque ese sonido de guitarra bebe directamente de los grandes clásicos. Se acaba con «Manic depression», rindiendo tributo a Hendrix, que seguro que es uno de los favoritos de Higgs. Fantástico disco, y además, estarán pronto presentándolo por España con multitud de fechas.
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