Si echo la vista atrás, en lo pasado en cuanto a historia musical, recuerdo la irrupción del grunge a mitad de los 90. Para mi todo aquello comenzó con el videoclip de «Smell like teen spirit» de Nirvana. Ya he comentado más de una vez mi desencuentro con la música de Cobain, así que tampoco voy a repetirme ahora. El siguiente paso vino de la mano de Pearl Jam y el videoclip del tema «Alive». Los de Vedder si que me conquistaron, y sus dos primeros discos, se convirtieron, y lo siguen siendo, en imprescindible para mi. A partir de ahí, aquello se puso de moda, y sacó de la cueva a muchas bandas, de distinto pelaje, que llevaban currándoselo un tiempo, y a los que alinearon en el mismo pelotón, lo que posiblemente provocó, que muchos ni siquiera se acercasen a escucharlos, mientras otros los alardearon durante unos minutos, hasta que la siguiente «the next best thing», los acorralase para estos, en el rincón del olvido. Como suele pasar, cuando de buenas a primera, a un movimiento musical, se le convierte en esperado mesías, trae consigo cosas inolvidables, y otras, que mas valdría no haber desenterrado jamás. En aquellos días, fue cuando escuché hablar por primera vez de Dinosaur Jr. Alguien me paso su disco, «Where you been», y evidentemente, aquello no tenía nada que ver, con los nuevos ídolos del rock, ni mucho menos, su sonido apuntaba hacia otras direcciones, a pesar de apuntalar cercanías a lo que debía sonar en esos momentos. Fue su disco «Bug», el que me puso en alerta, con aquella distorsión, esos ritmos psicodélicos. Pero fue una grabación en vivo, en una vieja cinta vhs, donde Mascis, se lanzaba a improvisar en largas y distorsionadas jams, formando un muro de sonido difícil de franquear, cuando me ganaron para la causa. Pero poco después llego la ruptura, Mascis en solitario, otras movidas y en 2007, reunión de nuevo con Barlow, quien se largó de Dinosaur Jr., porque si siquiera se hablaba con Mascis en los últimos tiempos, y un par de discos en 2007 y 2009, hasta que en 2012 lanzaban el que era su último, de momento, disco de estudio, «I bet on sky», hasta la salida de su nuevo disco este 2016.
De otro lado, a Earthless, los descubrí en 2005,con su disco debut. Ese rollo instrumental, con pasajes psicodélicos y ramalazos progresivos, sobre todo del rollo alemán, el kraut rock, del que en esos tiempos estaba bastante colgado, por culpa de Amon Duul II y de Popol Vuh, gracias a las bandas sonoras de Nosferatu y Aguirre. Lo cierto es que Earthless no es una banda fácil, su propuesta no es de las que están al alcance de cualquiera, y el trio, ha ido ganándose una fama de banda de culto, curtida quizás, por ese aura complicada, que le aleja del mainstream, si es que en el rock actual, existe eso. Bien, en la edición de 2009, el SXSW fest, en Austin, Earthless, se marcaron una jam junto a Mascis, que cuentan las crónicas, voló la cabeza a todo aquel que estuvo allí aquel día. En 2012, fueron invitados a Holanda, al Roadburn, para volver a recrear aquello sobre las tablas de Tilburg. Sin dudas, el Roadburn, era el festival idóneo, para juntar de nuevo a estos tipos, y que diesen rienda suelta a todo su frenesí.
Por fin, ve la luz la grabación de lo que sucedió aquella noche en tierras holandesas. Ya sabéis, que las monedas tienen dos caras. A algunos, esto les parecerá un aburrido sin sentido, pero a otros, entre los que me incluyo, solo podemos decir palabras de admiración, sobre la capacidad, tanto de Earthless como de Mascis. Este, junto a Mitchell, dan una lección guitarrera de cuidado, rayando un nivel soberbio, sin dejar atrás a Eginton y Rubalcaba, que demuestran ser unos instrumentistas alucinantes. Casi 120 minutos de destreza, atmósferas, y viajes de ida y vuelta por terrenos psicodélicos, progresivos y heavy prog de los 70. Cinco canciones, «Paradise in a purple sky», del uno al cinco, siendo la última, una tremenda demostración de casi una hora, que te hará trasladarte a los 70, cuando las bandas se subían al escenario y se dejaban llevar por aquello que fluía de sus instrumentos. Brutal, genial, que más puedo decir.
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