Después de acercarnos a los jienenses Arapahoes, hoy toca hacernos eco de una banda a la que nunca he dejado de seguir con mayor o menor intensidad como los Skunk Anansie de la siempre inmensa Skin. Y digo bien lo de ‘mayor o menor intensidad’ porque aquella primera trilogía con Paranoid & Sunburnt (1995), Stoosh (1996) y Post Orgasmic Chill (1999) son, sencillamente, intocables, discos sólidos como rocas en aquella movida de Rock Alternativo en la que los Smashing Pumpkins, Garbage, Rage Against The Machine y los protagonistas de hoy imponían sus propias reglas tras la debacle del Grunge y sus sucedáneos de tercera generación.
Llega la separación en 2001 y, harto como estaba uno de tanto ‘tostón’ Nu-Metal e Indie Rock y sucumbiendo a las hordas ‘action rock’ escandinavas, el que Skin, Ace, Cass y Mark Richardson decidieran volver en 2009 no me supuso ningún subidón, ni seguimiento alguno como sí lo hicieron los ‘comebacks’ de bandas icónicas 90’s como Redd Kross, Afghan Whigs o Urge Overkill. Me volví a enganchar timidamente a ellos con su quinto disco, Black Traffic (2012), dándome perfecta cuenta de que la furia y los riffs se había ‘amaestrado’ considerablemente y que el elemento ‘Indie Pop’ con toque electrónicos se habían hecho con el control aunque seguían componiendo temas solventes y de nivel aceptable.
Pues bien, una cosa parecida aunque, en mi opinión, bastante mejorada es lo que ocurre con este sexto álbum que lleva por título Anarchytecture (2016). Aquí tenéis un ejemplo ‘bailongo’ pero efectivo de lo que os hablaba…
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Desde luego que el que ame tan sólo su trilogía 90’s odiará a muerte este inicial «Love Someone Else» (a mí, sin embargo, ¡me encanta!) y no continuará ni escuchándolo ni leyendo esta humilde crítica pero os aconsejo que seáis benevolentes con esta banda porque nunca han perdido su personalidad, sí, están un poco más domados que antaño pero, al menos con éste disco, han vuelto a recuperar algo de la garra y la energía de sus inicios con temas como el intenso «Beauty Is Your Curse», el rítmico «In The Back Room» con la base rítmica en primer plano, el cadencioso y obsesivo «Bullets» convertido ya mismo en un ‘instant classic’ de su discografía, las potentes instrumentales «Fuckers!» y «That Sinking Feeling» que recuerdan la época burra y excesiva de Stoosh. «We Are The Flames» me gusta menos, demasiado parecida a los ritmos marciales de Muse.
No me atrapan tanto, sin embargo, sus acercamientos a sonidos tranquilillos con cierto tufillo a U2 como «Death To The Lovers» o «I’ll Let Youd Down» a pesar de que la garganta de Skin se luzca como la gran cantante e interprete que es. La prefiero cabreada, la verdad.
En definitiva, podría decirse que Anarchytecture es un disco de reconciliación definitiva con esta banda, combinando la garra y los riffs de hace veinte años con las sonoridades, las melodías y los arreglos ‘indie’ que les caracterizan en el nuevo siglo.
Eso sí, en directo SKIN se sigue saliendo…
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