Este tercer disco de los noruegos Pristine es otro PELOTAZO en toda regla. Digo bien, no me he equivocado, P-E-L-O-T-A-Z-O
Se me llevan los demonios cuando me pregunto el por qué no conocí a esta banda antes (¡FUCK!), de hecho, pensaba que habían nacido al albor del éxito de los suecos Blues Pills y me doy de bruces con la reseña de Alex Palahniouk (camarada y compañero en «Rock, The Best Music») de su ‘spanish tour’ compartiendo escenario con la banda de Elin Larsson. Pero bueno, siempre es bueno recurrir al típico/tópico dicho de ‘más vale tarde que nunca’ aunque me quede con cara de pánfilo ignorante y con una sensación de pardillismo musical de tres pares de cojones.
He venido hoy ‘a darte todo mi amor’…¡por la música!…
Si tras este zambombazo sónico ‘a la Grand Funk Railroad‘ no se te han removido las tripas y no has sentido un cosquilleo agudo por nuca y espalda es que estás muerto/a amigo/a!!!.
El factotum máximo de la banda recae en una verdadera bestia vocal, escénica y compositiva llamada Heidi Solheim, una tía que además de poseer una voz privilegiada para el rock’n’roll es una ‘workaholic’ nata ya que desde 2011 no ha parado de componer y lanzar discos año tras año, no sólo como Pristine con Detoxing (2011) y No Regret (2013) sino que también, entre medias de éstos, dos discos más como solista que demuestran que esta mujer respira música por todos sus poros. Pero sus compañeros de banda no son mancos tanto el guitarra Espen Jacobsen, el bajista Asmund Eriksson, el teclista al Hammond Benjamin Mork y el batería Kim Karlssen le cubren las espaldas a Heidi con una solvencia y una clase que valen su peso en oro.
Pasando a Reboot (2016), poco tengo que comentar y hacer referencia a su discografía anterior pues me tomo este disco como un debut (mi debut con ellos) y sólo me salen cosas increíblemente positivas porque este disco me pone cosa mala. El blues rock psicodélico que se gastan es tan jodidamente emocionante que estoy realmente obsesionado estos días con estas diez canciones, ¡no paro de escucharlas una y otra vez! y, como no podía ser de otra manera, Ann Sofie-Hoyles y Elin Larsson ya tienen una seria competidora porque me he enamorado hasta las trancas de la voz de Heidi con la cantidad de registros que controla y su excelsa capacidad para transmitir.
Temazos lo son todos, ¡de verdad! comenzando por el sensual y ‘Hendrixiano’ «Derek», el pelotazo Grand Funk de «(I’m Gonna Give You) All My Love», ¡puro SEXO señoras y señores!, el pegadizo y cadencioso hard blues de «Booty Call», bufff!, esto es un no parar de disfrutar y disfrutar. Como así lo vais a seguir haciendo con la espectacular e incendiaria «California», el soul rockerísimo de «Louis Lane» y la cruda desnudez blues de «Don’t Save My Soul» para finalizar el disco con la delicada belleza de «The Lemon Waltz».
Ésta es la actitud que muchas bandas deberían tener, ¡dentro «Booty Call»!!!…
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Su faceta psicodélica tampoco es para dejarla de lado y temas de ‘psychedelic blues’ como «All I Want Is You» y «The Middlemen» te dejan levitando e hipnotizado con unos desarrollos guitarrísticos y un Hammond flamígeros en donde se aprecia lo que esta banda ama al ‘Fluido Rosa’ o a Cream y una interpretación vocal absorvente y sensualísima por parte de la Solheim.
Y aquí paro, ya estáis perdiendo el tiempo en Pupilandia en lugar de sentir en vuestra piel semejante disco de sobresaliente y que va directo a los puestos de honor de este 2016. Aquí las palabras sobran ya así que…¡métete su música en vena!!. Serás más feliz en esta vida…
¡Pedazo de descubrimiento! Gracias.