Ya que vamos a hablar de Deep Purple, vayamos por partes, porque aquí servidor, no es un fan al uso de la banda, lo reconozco, me siento en los bancos de atrás, junto a los raros. La banda ha sido noticia porque al fin está en The Rock And Roll Hall of Fame, que pregunto yo, ¿que coño estaban esperando para hacerlo?, como si sus discos no hubiesen influido a bastante gente y distintas generaciones, como para haberse ganado por derecho propio el ser una de las grandes bandas del rock and roll. Pero volviendo al principio, yo soy de esos fans raros de la banda, porque reconociendo el valor que tienen muchos de sus discos de la formación clásica, si tuviese que hacer mi listas de grabaciones favoritas, se colaría sin complejos, «Purpendicular» con Steve Morse, y sin lugar a dudas, los tres discos grabados con David Coverdale como vocalista. Pero es que voy a subir mi apuesta, porque mi discos favorito entre todos es «Come taste the band», donde de las guitarras se encarga el tristemente desaparecido y nunca suficientemente reivindicado, Tommy Bolin, vamos, la conocida como Mark IV.
Así son las cosas, el dueto Glenn Hughes/David Coverdale, junto a la guitarra de Bolin, siempre fue lo que más me llegó de Purple. Imaginad mi gozo, cuando dentro de la serie de bootlegs que salen oficialmente de la banda, ha llegado el turno a este «Long Beach 1976«. Es cierto que no supone nada nuevo, que esta grabación ya la teníamos la mayoría, pero siempre he pensado que esa iniciativa de ir editando oficialmente grabaciones en directo de momentos realmente grandes, siempre ha sido un acierto. Aquí encontramos a Bolin, Coverdale, Hughes, Lord y Paice en un gran momento de forma, y con un sonido mejorado respecto a otras grabaciones de este concierto que pululan por ahí. Tommy Bolin era el complemento perfecto para las ansias funk/soul que tenían Hughes y Coverdale, y en canciones como «Gettin’ tighter» se nota a leguas, donde ese clásico sonido de Lord se encuentra con ese ritmo funk que envuelve a la canción.
Y me gusta este disco, porque reivindica una formación nunca demasiado reivindicada, porque da luz a una época de la banda tan grande como anteriores o posteriores, y porque eran unos musicazos tremendos, con una fuerza y energía brutal, que plasmaban delante del público. Seguro que muchos echareis de menos a Blackmore, pero que hubiera dado yo por estar ese día, u otro de la gira, viendo a estos tipos desgranar «Burn», «Lady luck», «Love child» o «This time around». Se nota muchísimo la guitarra de Bolin, su estilo era otro, y él no estaba allí para sustituir a nadie, sino para dejar ver su grandeza. Va siendo hora de jubilar mi trillado «On the wings of russian foxbat» y dar caña hasta no poder más a este «Long Beach Arena 1976».
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