Y llegó, por fin, el tan ‘cacareado’ último disco de Iggy Pop (esperemos que esto sólo sea una maniobra de ‘marketing’, sin más). Y llegó por sorpresa, sin avisar, con una colaboración de lujo y en el más riguroso secreto entre La Iguana y Josh Homme (Kyuss, Queens of the Stone Age) que ha sorprendido a propios y extraños. Y llegó lleno de oscuridad, de frikismo tenebroso, de claustrofobia en definitiva… Post Pop Depression (2016) casi se podría decir que hace honor a su nombre, lleno expresionismo emocional y penumbras.
Amo a Iggy Pop, con su intocable trilogía Stooges, con sus irregularidades en solitario, con sus aventuras ‘mainstream’ con gente como Kesha, Madonna, etc,…, con su sana intención de alargar la vida y elevar a los altares a unos Stooges del S.XXI dándole la oportunidad a los hermanos Asheton de sentirse queridos y venerados. Beso por donde pisa la bestia indomable y creadora de «I Feel Alright» y así seguirá hasta que abandone este mundo y se reúna con su siempre fiel Bowie en un Berlín marciano para seguir creando con plena libertad.
Ya conté en un post anterior que a la pareja de marras se les añadían colaboradores de auténtico lujo y primera plana ‘mainstream’ con Dean Fertita (QOTSA) al bajo y teclados y Matt Helders (Artic Monkeys) a la batería y, bueno, he de decir que a pesar de que Pop y Homme son los hacedores y caras visibles del proyecto la base rítmica está muy presente con un bajo omnipresente y musculoso y una batería en primer plano que ya dicen mucho del carácter ciertamente ‘new wave’ que tiene el proyecto.
Post Pop Depression, para empezar, recuerda mucho a Bowie, parece que La Iguana haya querido homenajearle, como si se oliese que el Duque Blanco tenía ya los días contados y lo siento como si fuese su particular tributo a alguien que ha sido crucial en su vida. Ejemplos perfectos de ello los tendríamos claramente en el melancólico inicio de «Break Into Your Heart», «Sunday» y su bello final orquestado, o momentos de «Paraguay». Es, no sé, como si la época de The Idiot volviese a ser revisada en pleno S. XXI.
Y es que a Iggy y a Josh les ha salido un disco rematadamente oscuro, jodidamente claustrofóbico por momentos («German Days») y esquizoide/bizarro en otros («Vulture» con sus alaridos indios…), destacando, ahora sí, la labor de Homme tejiendo esa telaraña de puntéos fantasmagóricos que nos retrotraen a las texturas de los últimos discos de QOTSA. No es un disco de singles («Gardenia» es lo único que estaría cerca de serlo), no buscan un impacto popular (de hecho ha sido auto-producido), así como tampoco han querido ponérselo fácil al oyente con temas ‘raros’, ‘extraños’ como «American Valhalla», «In The Lobby» o «Paraguay».
Por todo esto, se podría concluir que Iggy Pop ha salido del paso con solvencia, con determinación, está de vuelta de todo y, aunque no le permita todo (ese experimento ‘jazzy’ de Preliminaires me decepcionó un huevo), creo que es un buen álbum para disfrutar siempre de noche y pensar en el regalazo que nuestro hombre le ha hecho a ‘su amigo del espacio’…
Démosle un poco de energía al final de este post para que comprobéis que no todo es de color negro en la actualidad de La Iguana. Este animal escénico sigue en forma!!!….
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