Lo reconozco, que haya vuelto una serie como Expediente X, a mi me puede. Para mi es la puta serie, esa que tienes marcada a fuego. Cuantas noches delante de la tele, esperando cada capítulo. No se cuantas veces, me he revisitado alguna que otra temporada. Así que el hecho de que Mulder y Sculli, vuelvan a la carga, y que encima, al menos para mi gusto, estén cumpliendo expectativas, es algo que celebrar. Lógico en cierto modo que me enganchase esta serie, porque desde siempre, me han interesado lo fenómenos extraños. Pensar que nuestra existencia se limita a nosotros en nuestro plano existencial, todo girando alrededor de lo que nos sucede día tras día, me parece demasiado aburrido. Ojo, que no es que yo desee encontrarme con ningún espíritu con ganas de guerra o algún extraterrestre con espíritu de descubridor, no me jodas, lo mio es más verlo a través de la literatura, la televisión o de programas de radio, como mis admirados Milenio Tres o La Rosa de los Vientos.
Vamos, que siempre me he atraído por las cosas que parecen fuera de lo común, y por lo que no, oiga, como por el thrash metal, que posiblemente sea el género más impermeable del metal, el que se aferra más fuerte a sus estructuras primigenias, y que a los fans nos encanta, que carajo. Por supuesto, hay bandas thrash que han decidido dar un paso más, y muchos, al final, han terminado saliiéndose de los límites del genero, otros han sido capaces de mantener esa identidad sin perder ese empuje que la gran mayoría de fans queremos. El thrash posiblemente no necesite experimentos, o al menos soy de los que piensa así, pero a ver, que nadie se lleve a engaño, se puede caminar por el camino elegido, y los pasos ser diferentes a los del resto, tomar tu propia media de zancada, que me conozco la reacción de más de uno. Uno de esos grupos que son fieles a su estilo desde que comenzaran alla por el 92, son los suecos Gehennah. Sus primeros pasos los dieron haciendo versiones de Venom, que junto a Motorhead son la razón de ser de estos tipos. A pesar de tantos años al pie del cañón, este es su cuarto disco, y aquí ya imagináis lo que vais a encontrar, tralla a saco de manera uniforme.
Vale que tal vez todas sus canciones sean demasiado parecidas en estructuras y más allá, pero esto es el viejo thrash de ir a piñón fijo, sin distracciones ni medias tintas, solo tralla y más tralla a saco, que seguramente para los que exigen mucho más, se quede en poca cosa, pero yo reconozco que le tengo estima a estos tíos, porque para dejarte las cervicales para el arrastre son únicos. No pasarán a la historia, pero este demasiado alto para vivir y demasiado borracho para morir, hace honor a lo que siempre han querido ser.
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