Es hora de volver a reseñar y recomendar discos de 2015 o a cargármelos (esto en mucha menor medida je, je). Uno de estos discos es el de los suecos de Sundsvall, Jetbone, que después de verano editaron su segundo disco titulado Magical Ride (2015)
La banda, formada por Alin Riabouchkin (vocals, guitar), Gunter Sjödin (vocals, bass), Sebastian Engberg (guitar), Tobias Bengtsson (piano) y Albin Linder (drums) lanzaron un debut homónimo que causó muchísimo revuelo en 2012 con temazos frescos y urgentes como «Dancin’ On Your Grave» o «Baby It’s Your Time» o alocados e incendiarios como «Ride The Riot» captando la estela de de los Hellacopters más souleros, de Kiss, de MC5 y de Thin Lizzy. Este descubrimiento siempre se lo tendré que agradecer al gran Lorbada, del blog «Bunker Sónico», al igual que otros muchos descubrimientos en cuestiones de ‘high energy rock’n’roll’ y soul. Ójala vuelvas al ruedo de forma más regular camarada…
Pues bien, se hartaron a bolos por toda Escandinavia y recorrieron toda Europa con una gira española que dio mucho que hablar, se habían convertido de la noche a la mañana en la banda que todo el mundo debía escuchar, en el debut del año 2012 (yo lo escuché ya en 2013) y en la primera banda novel que demostraba que el ‘high energy’ de ramalazos clásicos volvía a tener tirón. La carrera de la banda tenía mucho futuro.
Pero os mentiría si os dijese que no esperaba que fuesen a cambiar tanto de tercio y estilo con la continuación de Jetbone, porque Magical Ride está muy lejos de la energía y la electricidad de aquel debut, ¡si hasta parecen una banda distinta!. Aquí las influencias antes citadas desaparecen por completo para centrarse principalmente en el soul y el blues haciendo un auténtico ejercicio ‘retro’ invocando a los Stones y, teniendo un referente más contemporáneo, The Black Crowes o los propios Diamond Dogs.
Pero Magical Ride no es un disco revivalista sin gracia, es cierto que en las dos primeras escuchas sentí algo de decepción tras el pelotazo del 2012 pero el disco va cogiendo fuelle con la escucha tranquila y dedicada. Y es que, no inventan nada nuevo pero temazos como los stonianos «C’mon» y «Rosalie» además de cortes tan luminosos y festivos como el ‘acedeciano’ «Fifth Time Loser», «Workin’ Hard For The Money» o «Everybody Needs Somebody to Love», repletos de coros gospel, teclados Hammond 70’s y todo tipo instrumentos de viento y que beben directamente de los mejores hermanos Robinson, son argumentos más que suficientes para disfrutar de este disco, aunque me gusten mucho menos cuando se ponen intimistas y los vientos desaparecen.
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Lo dicho, Magical Ride no es un disco regulero, ¡ni mucho menos!, pero esperaba mucho más, quizás espoleado por este cambio y por aquel excitante y explosivo debut. Un buen ejercicio de estilo para pasar un buen rato, sin más.
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