Para los que me conozcan poco les extrañará de la hostia ver a Adele reinando en el post de hoy pero, nada más lejos de la realidad, os lo aseguro. Soy un enamorado del Soul, desde siempre, tanto en su vertiente más tórrida y calenturienta, como en la más aguerrida y cruda y, por supuesto, la más ‘soft’ y romanticona (que no empalagosa). Además, Adele ya se ha pasado por este cortijo unas cuantas veces, bien para reseñar su crucial 21, para hablar de su comprensivo ‘middle finger’ a los ‘British Awards’ o para deleitarme y deleitaros con la pegada emocional de sus videoclips y sentir su voz a través de imágenes. Hoy toca dejar el ‘high energy rock’n’roll’, el stoner y las Pin-Ups de lado, hoy toca hablar de Adele…
El éxito impresionante de 21 en 2011 podía habérsela engullido para siempre como pasó con la Winehouse pero no, Adele siempre estuvo hecha de otra pasta, siempre supo asimilar el ‘mainstream’ con inteligencia y capacidad reflexiva (no exenta de crisis y bajones emocionales) tras ganar la friolera de seis Grammys, dos Brit Awards, tres American Music Awards y un sonado y merecido Oscar por la canción «Skyfall» compuesta para la franquicia 007. Se dice pronto pero vender más de 30 millones de discos en los tiempos en los que nos encontramos desde luego que no es moco de pavo por muy Adele que sea.
‘Saludemos’ a la Diva indiscutible del Neo-Soul con este clip. Está guapísima y muy sugerente en los primeros planos…
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Como decía más arriba, el éxito pasa factura. La artista vuelve a estabilizar su vida en pareja y decide tomarse un merecido descanso para ser madre, pero el cambio de vida y la enorme presión ante la continuación de 21 le pueden y sufre ‘el bloqueo del escritor’ en las primeras sesiones de 2013 que, supongo, es un síndrome que les pasa mucho a las estrellonas pijas hinchadas de éxito. Esto a los Furious People o a los Churchhouse Creepers no les pasaría. En fin…
Lo cierto es que, estando bloqueada, recurre hasta a el mismísimo Rick Rubin que, ni corto ni perezoso, le espeta que vuelva a escribir de nuevo pues el material que tenía ‘carecía de profundidad’ así que contacta con un sinfín de compositores y artistas (que no nombraré aquí porque me importan un pijo) para encontrar frescura e inspiración y parece que la ‘maquinaria Adele‘ empezó a funcionar poco a poco para estar a la altura de las circunstancias y las expectativas generadas tras 21.
25 (2015) es el siempre ‘original’ título del nuevo disco en la tradición de 21 y 19, y el concepto parece basarse en esa juventud perdida con amigos, familia, etc… gracias/por culpa de su dedicada vocación como ‘soul woman’ pero, al menos en mi caso, eso es lo que menos me importa, pues es la música y la voz de la artista lo que de verdad me atrapan. 25 es un disco que mantiene muy bien el nivel y la clase del anterior, en ningún caso lo supera, de eso estoy más que seguro pero, aún así, en mi opinión dos joyas como «Hello» y «Remedy» ya merecen la compra del disco por su calado y profundidad emocional. 25, como no podía ser de otra forma, se cimenta en la voz de la londinense pero también encuentro alguna que otra sorpresa sutil como una clara intención en modernizar arreglos con teclados e intrumentación lejanos del sonido ‘Vintage Soul’ de los anteriores y más cercanos incluso a, ¡atención!, How to Destroy Angels en el todavía receloso «Send My Love (To Your New Lover)» o incluso los Depeche Mode de Songs Of Faith… o los NIN de With Teeth en el increible «I Miss You» con esa percusión tan en primer plano. «River Lea» también me tiene hipnotizado, Neo-Soul del S. XXI como sólo sabe parirlo Adele con ese aura oscura tan característica.
Se perciben también aromas soul 80’s en «Water Under The Bridge» y el animado tema-cierre «Sweetest Devotion», único tema dedicado a su nueva faceta como ‘mami’. «When We Were Young» es un tema de corte classic soul en la línea de 21, piano intimista y estribillo poderosísimo y épico por parte de la gran Adele. Kid Rock debería aprender a parir temas melancólicos recordando el pasado…
A partir del track ‘9’, sintiéndolo mucho, desconecto, la segunda parte no me llama tanto la atención, no sorprende tanto (o nada) como la primera, los temas son muy bonitos, la voz es acojonante, las líneas de pianos muy bien metidas pero no me emocionan hasta ese final con «Sweetest…» que levanta un poco el nivel acabando un disco de notable. Logicamente se hartará a ganar premios y galardones, Adele lo merece, pero hubiese preferido más riesgo en la cara ‘B’ y no ‘asegurar’ ventas con temas que sientes como si ya los hubieses escuchado.
Aunque, desde luego, «When We Were Young» no sea el caso…
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