Hoy nos vamos hasta mediados de los años 70 con una de esas pelis que vi de crío y me causaron una honda impresión. Uno siempre tiene miedo de volver a verlas por si el paso del tiempo las ha desprovisto de todo encanto. Esta vez no ha sido así, The warriors se conserva bastante bien y mantiene su encanto casi intacto.
The warriors es uno de esos filmes de los años 70 cuya estética está totalmente pasada de moda pero sirven perfectamente para entender cómo fueron esas décadas pasadas. Tanto la indumentaria de los personajes como la forma de rodar es paradigmática de su época, para bien o para mal. The warriors es una adaptación de la novela homónima de Sol Yurick que no deja de ser una actualización al mundo de la bandas callejeras de la historia clásica griega La Anábasis de Jenofonte. La verdad es que las bandas funcionan igual que las tribus que las tragedias griegas. Walter Hill adaptó esta historia al Nueva York de los años 70 y le quedó una historia de lo más entretenida.Nuestros protagonistas deberán ir del Bronx a Coney Island en una noche atravesando los territorios de las bandas que les consideran enemigos. Los distintos territorios que deben de atravesar los guerreros se asemejan a los distintos reinos que los protagonistas de la historia griega debían cruzar para volver a casa. Los protagonistas son pandilleros: jóvenes, descarados, varoniles y horteras como sólo se pudo ser en los años 70.
El film plasma perfectamente esa identificación con el grupo que sienten los miembros de cada banda. Aunque ponga seriamente en peligro su integridad física se niegan a desprenderse de los chalecos que los identifican como integrantes de la banda. Tanto los soldados griegos como los pandilleros son orgullosos y defienden su identidad y sus orígenes a toda costa. Incluso tienen fijación por ir dejando huella de su paso por cada territorio. Los patinadores, la banda de chicas, los jugadores de baseball, etc son como tribus de guerreros de la antigua Grecia y cada territorio es como una ciudad estado que deben atravesar nuestros protagonistas en su odisea a casa. Tampoco la policía se lo va a poner fácil. La peculiar odisea de estos pandilleros se nos hace épica por momentos y siempre resulta entretenida.
Lo único que no acabó de encajar en todo el conjunto es el personaje de la chica, claramente metido con calzador y la verdad es que no aporta demasiado, al menos ella misma admite no saber qué hace allí. Busca una salida, un futuro que no parece tener en su barrio y busca salir de allí de cualquier manera.
Walter Hill no es ningún genio ni un director con una gran personalidad pero sí un tipo eficiente que conoce su oficio y sabe darle al público que éste quiere. Suyas son películas tan amenas como The driver, Límite 48 horas o Calles de fuego (la verdad es que esta ultima ha envejecido bastante pero que The warriors). Hill le imprime a The warriors un ritmo trepidante que no decae en ningún momento. Su visionado es muy agradable a pesar del paso del tiempo o quizás precisamente por ello. The warriors es una película muy divertida.
P.D.: Se rumorea desde hace tiempo que Ridley Scott podría preparar un remake, preparaos para lo peor.
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