Seguramente habeis oido hablar de la erótica del poder. No se, bueno, si, mil historias conocemos, pero lo que está clarísimo, es que el olor del dinero, compañero inseparable del poder, despierto el olor a la avaricia, al negocio sucio, encima, sumándole el sentimiento de impunidad que creen que da el «usted no sabe quien soy yo». Toma el dinero y corre, es cosa de pobres, de necesitados, de profesionales de los bajos fondos, como diría aquel. Ahora lo que se lleva entre las élites, es firmar acuerdos con comisiones en palcos de estadios de fútbol, o restaurantes de moda, brindando con una mano, mientras con la otra aprietan el cinturón al vulgo, que se convierte, día si, día también, en licenciado en economía, para sobrevivir con cuatro duros. El modus operandi de los mafiosos ha cambiado, ya no se ajustan cuentan disparando desde la ventanilla de un automovil, ahora se filtran chivatazos a la prensa, afín si no se quiere hacer demasiada sangre al círculo allegado, y se sonríe contemplando la desgracia ajena mientras se cuentan los beneficios propios.
Si es que ni la mafia es ya lo que era. Siempre habrá que rendir cuentas antes el Don de turno, ante el padrino que mueva los hilos, que marque las distancias y los tiempos. Cada cual que elija su bando, yo si tengo que presentar mis respeto a «La Familia», lo hago, pero mis cartas se ponen boca arriba, entre humo de tabaco y efluvios de whiskey de importación, ante el Eléctrico Joe, Picolo Pete, Bebedor Fat Tino y Demoledor Mick, es decir, mis mafiosos favoritos, Los Farelli, que vienen con sus ametralladores de tambor en forma de rock and roll, cargadas hasta las trancas. Portada de aupa para su nuevo disco, «Omerta», nueva elegía de estos luchadores del rock and roll callejero infectado de viejos blues, que como el buen vino, van mejorando con el tiempo, pisando fuerte y sin prisa, extendiendo los límites de sus dominios como buena mafia del rock and roll. Canciones nuevas, junto a otras recuperadas de anteriores eps, como la que abre el disco, «Una oferta que no podrás rechazar», puro rock and roll, duro y acelerado, una declaración de intenciones.
«El miedo» suena contundente, con un muy buen estribillo. En «Contra las cuerdas», aparece un riff muy hard rock, mientras Pete te golpea con esa melodía vocal. Estos tíos, cuando le meten a su rock and roll leñero la armónica, lo hacen de puta madre y «El proscrito» es un claro ejemplo, bajándose a las orillas del blues más callejero. Han recuperado para «Omertá», dosde mis canciones favoritas de la banda, «No es nada personal», que suena con chulería, directa, con mucho gancho y ese rock and roll old school que es «Dieciséis», canalla y macarra, con una armónica bestial. No se queda atrás «Entre los muelles», con una base rítmica muy potente, y esa pelea riffs, armónica. Más cruda suena «Pateando culos» mientras que «Viejos vicios» se emborracha de sonidos más clásicos del rock. ¿Recordaís a Platero y Tu?, pues esas guitarras de «Mike tiene suerte», me han traido recuerdos de una de las mejores bandas de rock and roll que ha pateado este país.
Me gusta, y mucho este «Omertá». Los Farelli siguen pisando fuerte, mirando siempre hacia el frente y fieles a su filosofía. Lo suyo es el rock and roll directo, de ese que se disfruta con los colegas en los bares, entre cervezas. Buenas canciones tienen, actitud les sobra, ahora a confiar en ellos. Podéis pillar su nuevo disco a través de su facebook o en sus conciertos. Que no pare el rock and roll, y que estos mafiosos, repartan sus canciones.
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