En estos últimos meses del año, mis sonidos están volviendo hacia el hard rock, por un lado, al que escuchaba en los 80, lleno de melodías y diversión, y por otro, a esas bandas que reivindican el riff por encima de todas las cosas y el mejor hard de los 70, sin perder la contundencia, tanto por el lado más clásico, como las que siguen arañando distorsiones desérticas. S
erá que al final la cabra tira al monte, yo que se, tampoco he sido nunca de teorizar demasiado con la música, prefiero entenderla como un sentimiento. Yo no tengo listas de grupos a los que tenga que criticar por decreto, porque es lo que te hace quedar bien. Tampoco creo en la defensa a ultranza, pero si en el respeto que muchos músicos se han ganado con el paso del tiempo, porque han sido banda sonora de mucha gente como yo, más allá, de la disección pura y dura de su música, por parte de algunos, que tal vez, pretendan hacer creer, que el rock and roll no es sudor y lágrimas, risas y olor a cerveza, diversión y rabia contenida, todo ello expresado en una canción, en ese sentimiento de unión, aunque sea temporal con el que está en ese momento a tu lado.
Leo, escucho, a gente, que aún comienza su camino en la vida, desde la sobrada preparación que le da estos tiempos, y la falsa seguridad de un perfil en una red social, mostrar o intentarlo, una supuesta superioridad moral e intelectual, ridiculizando todo aquello que no entiendo y alzando valores aprendidos en cualquier libro, en el mejor de los casos. Me asombra ver esas reuniones de palmeros, que quizás, sin el talento para convertirse en cabeza visible del rebaño, se esfuerzan en tener siempre una frase preparada y un aplauso fácil. Y ojo, que no pienso que la edad de nadie le coarte su sapiencia o preparación, pero si creo, que muchos están olvidando que la experiencia es un grado.
El disco se abre con la canción que da nombre al disco, con ese estribillo heredero de los mejores Monster Magnet. «Running and hidding» acelera el paso, imponiendo sus condiciones. Con «Why» se meten hasta las rodillas en sonidos más duros, especialmente en el estribillo. Imposible contenerse ante el ataque guitarrero de «If you say so». Cercanía a las oscuridad más doom es lo que un puede percibir en la lentitud de «Side of the road». Precisa e intensa suena la instrumental «Flight of the unknown». Melodías más características es lo que encontramos en «Insane» y en «Motherload». Con «Now you know», inciden en la fórmula de riffs por encima de todo y una base rítmica demoledora. Demostración de pegada en «Observation», antes de ralentizar los tiempos en la final «Older». Buen disco de Don Fernando, que tienen claro cual es punto fuerte y como explotarlo.
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