Tranquilos, que no voy ahora a excarvar en los orígenes del doom. Yo tengo mis referencias, evidentemente, que van desde Black Sabbath a Pentagram, quizás como máximos exponentes del inicio, mi inicio, en ese submundo de riffs tortuosos y atmósferas densas. Luego, entre ellos, puedo ir colocando toda una pleyade de bandas, que me han ido introduciendo cada vez más en esta forma de entender el metal, a mi forma de ver la música, mas cercana al primigenio heavy metal o al menos a su esencia. Pero entre las figuras grabadas a cincel en el monolito de la cadencia sonora que representa, también tengo a Lee Dorrian y Cathedral, banda muy importante para mi en los 90. A pesar de que hay alguna cosa de los británicos que se me ha cruzado cuesta arriba, tengo que reconocer, que cada uno de sus trabajos (o casi todos), han sido momentos de expectación para mi, por lo que he seguido con atención cada uno de sus movimientos.
Si a ello, le añades que une sus fuerzas, con Mark Greening y Tim Bagshaw, ambos de los excesivos Electric Wizard, sabes o imaginas, que caminos tormentosos se abriran a tu paso junto a su orgía sonora. With the dead es el nombre elegido, junto a esa portada, que ya te hace lanzarte de cabeza hacia su locura sónica. Este disco es una lección magistral de doom, o como queráis llamar a esos sonidos pesados y oscuros que buscan en la parte más maldita de tu cortex cerebral. Este disco homónimo es una celebración de la liturgia de la grandiosidad de las tinieblas emanadas de unos instrumentos musicales. El día que se abran los infiernos, aparecerá Lee Dorrian como sumo sacerdote y una canción como «Crown of burning stars», será la letanía perfecta para encaminar a sus adeptos hacia sus dominios. La voz de Dorrian se mezcla con esos sonidos arrastrados, en una especie de penitente lamento, que solo puede maravillarte si decides durante el tiempo que dura este disco, cerrar tus ventanas a la luz.
Y si la anterior era descomunal, lo que se nos viene encima con «The Cross» es digna heredera de tamaños creadores. Escuchad esa batería con ese ritmo hipnótico, entre la maraña oscura de guitarra y bajo, y dejarse llevar por el hechizo de la voz. «Nephthys» puede sonar a declaración de intenciones, porque se acerca al concepto más tradicional del doom, para demostrar que saben de donde vienen y por supuesto a donde van. Dejaos llevar por su sonido, sin pensar donde os conduce. «Living with the dead» es una musculosa demostración de intensidad y de pesadez en el sonido, con esa voz machacona que te recuerdaque vives con los muertos, esa batería descomunal de Greening y los incansables riffs de Bangshaw. Llegamos al final de este viaje rodeado de muertos de la mano de «I am your virus», quizás la más «Electric Wizard», condensando en si misma toda esa energía capaz de desarrollar, y de «Screams from my own grave», donde la batería de Greening toma protagonismo, con esos golpes agónicos, demostrando ser un auténtico titán, en una impresionante canción, lenta, agobiante, con un hammond que aún contribuye más a su sonido.
Sin lugar a dudas, un discazo como la copa de un pino, o de un ciprés en este caso, que sería más apropiado para lo que estos tres gigantes del doom británico nos traen en este debut. No se si habrá más, ya sabéis como funcionan estas cosas, pero sin duda, han dejado un legado mastodónico, y a mi, fiel seguidor de la historia de estos tres músicos, uno de los mejores discos de este año, sin lugar a dudas. Dejad que las sensaciones os acompañen en este viaje sin retorno, en esta travesía con With The Dead.
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