What’s the Hell Motherfuckers! Monster Magnet is back in town! Dave Wyndorf y sus secuaces parecen que definitivamente vuelven a tener las mentes claras y sus cabezas bien sujetas entre los hombros.
Aunque de nuevo con el experimento de tomar un trabajo y remodelarlo a su nuevo gusto, si bien en 2014 lanzaron un Last Patrol que bautizaron con el nombre de Milking the Stars: A Re-Imagining Of Last Patrol y el invento les salió bien. Ahora le toca el turno a su disco llamado Mastermind al que titulan Cobras and Fire: The Mastermind Redux’! Es una re-modelación del material del disco Mastermind del 2010.
Si bien Dave Wyndorf afirmó que estaba tan satisfecho con los resultados de lo que hizo con Last Patrol creo que esta clase de ejercicios no se deben abusar. Muchos dijeron que el Mastermind de 2010 tenía una producción demasiado empeñada en sonar al hard rock de los 70. Ahora Wyndorf quiere insuflarle ese toque psicodélico espacial que también les funciona en ciertos temas.
De los diez temas del disco, sólo cinco han tenido realmente un lavado de cara, ya que el restante de composiciones son temas nuevos atiborrados de riff donde las guitarras Wah-Wah luchan sin piedad con ese boogie zumbón que también saben facturar los Monster Magnet. Por momentos me parece estar escuchando a unos Fuzztones con un añadido de testosterona.
“She Digs That Hole” es el claro ejemplo de lo que os estoy diciendo desde que el bajo da el pistoletazo de salida. “Mastermind ’69” es brutal con su combinación de sitares dopados hasta las cejas y un órgano iluminado por los dioses del Olimpo.
También tenemos una ración de la música que mamo Wyndorf durante su adolescencia acompañándose de bebidas lisérgicas, retoma una versión de los Temptations, Es decir música atiborrada de alucinógenas melodías. Prueba de ello nos lleva a “Gods, Punks and the Everlasting Twilight” que aquí se ha transformado en una balada de tintes siniestros. Wyndorf y acólitos destilan lo que mejor saben hacer, un coctel de riffs insistentes con órganos espaciales, ápices de sonidos orientales, todo ello deslizándose por los surcos que va labrando un bajo grasiento cimbreante tal un arado llevado por un dios psicodélico.
Monster Magnet siempre han sido unos de los estandartes de la denominada música Stoner, pero cada vez más con trabajos como estos se acercan a las puertas de la percepción, ya que su música es el reflejo de un estado alterado de la conciencia.
Incluso solo tomando un vaso de agua y encajándote unos buenos cascos en los oídos con su música a un buen nivel puedes conseguir a estados entóptico sin necesidad de recurrir a cualquier substancia ilegal. Wyndorf sabe erigirse en perfecto chaman y cogerte de la mano para sanar tu espíritu estresado por el día a día, en vez de utilizar hierbas, raíces y otras pócimas, emplea riffs que te evaden de la rutina. Definitivamente los de New Jersey han tomado la ruta del Space Rock de una manera mucho más evidente.
WOW!!! Compruebo que Wyndorf te ha convencido!. Yo estoy escéptico todavía, «Mastermind» no me desagradó, nunca nada me disgusta de Wyndorf pero tener tan cerca de Milking the Stars un álbum de las mismas características me huele mal. Veremos si el Space Lord me ‘teletransporta’ como dices y me convence con este artefacto.
Gran reseña, se agradece.
A mi el disco me ha gustado pero claro, la excusa de seguir revisitando sus discos le resta un tanto. Aún así no está mal…
Saludos
Esteban
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