No se si seria correcto decir que el blues está viviendo una segunda juventud, pero lo cierto, es que es abrumadora la cantidad de discos de nuevos artistas que salen, lanzados a buscar su cruce de caminos preferido. Como en todo, hay que separar el grano de la paja, no nos vayamos a llevar a engaño, pero, está creciendo un grupo de guitarristas, que tienen y deben, de dar que hablar. No voy a ocultar mi debilidad por los músicos británicos, siempre han tenido algo especial, hay una cantidad abrumadora de grabaciones que lo acreditan. Ultimamente, las islas están dando muy buen fruto, tal vez, porque ha descendido esa ansiedad por encontrar «the next big thing», que les aupase de nuevo al cetro del mundo del rock, o quizás, porque ese supuesto «top of the pop» ya no existe, el circuito discurre de otra manera, más cercana, más personal. alejada de la figura del rock star.
Uno de esos músicos que llamó mi atención, fue Ben Poole. Su anterior disco en estudio, me pareció buenisimo, ese no encasillamiento, en los límites más puros del blues, para dar cabida a aires soul o rockeros, consiguió meterse entre mis favoritos. Un tipo que tocando destila clase y elegancia, más allá de una maestría que también atesora. En este disco en directo, me ha conseguido convencer aún más. Tiene cierta cosa a lo Clapton, en su forma de tocar, cuando «Mano lenta» era dios. Dicen que el directo es el hábitat natural de los músicos, y de veras que este disco suena a gloria, a creer en el blues, el rock y en lo que te pongan por delante, si lo facturan así. Combinando temas propios y ajenos, durante ocho canciones (hay una novena en estudio), esta grabación de la BBC, nos muestra a un tipo en estado de gracia, en un templo como es el Royal Albert Hall.
La intro de rigor nos mete de lleno en «Let’s go upstair», que me trae a la cabeza a los Doobie Brothers, y esa forma de cantar tan Clapton. «Love nobody no more», suena íntima, intensa, con un estribillo arrebatador, donde los coros femeninos, la engrandecen aún mas. Primera cover, soul de la mano de «(I know) I’m losing you», primera revelación de fe verdadera, y de que manera, hermanos y hermanas. «Mr. Pitiful», de Otis Redding, viene después y que se puede decir, más que la tocan con un respeto y veneración intensa. «It doesnt have to be that way» te habla de tu a tu a esa guitarra bañada en blues. Sigue ese tono intenso con el preciso y precioso medio tiempo «Leave it on».
Cierra el directo un clásico entre clásicos, «Have you ever loved a woman», blues, puro blues, en la garganta de este chico blanco con alma negra. La canción en estudio, «Starting all over again», es otra buena muestra de que Ben ha tomado el camino adecuado, y que nadie debe ni puede apartarlo del camino. Pronto estará girando por la piel de toro, así que si tenéis oportunidad, no lo dejéis pasar, porque el tipo, merece la pena, y mucho.
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