Ya está aquí la quinta entrega de las aventuras del agente del FMI Ethan Hunt, interpretado una vez más por el incombustible Tom Cruise.
No me duelen prendas en decir que esta saga me tenía ganado desde la tercera entrega. Tras un arranque correcto y el descalabro que supuso la segunda parte (eso pasa por darle rienda suelta a John Woo) hizo falta que J.J. Abrams reflotara la franquicia iniciando una senda que han seguido la cuarta (para mí la mejor) y esta quinta. Dicen que no hay quinto malo pero esta vez la cosa me ha defraudado un poco.
Esta Nación secreta no es una mala peli de acción, ni mucho menos, y la diversión está asegurada pero yo me esperaba algo más. Tiene suficientes escenas de infarto y el balance entre acción y humor está muy conseguido (gracias sobre todo al personaje de Simon Pegg) como para hacernos pasar un muy buen rato en la sala de cine y hacer que nos olvidemos de nuestros problemas durante las dos horas que dura el film. No tirarás el dinero si vas a verla. Los aficionados a la saga no saldrán defraudados, pero no presenta nada que no hayamos visto ya. Hay vertiginosas persecuciones en moto, tiroteos electrizantes, fantasmadas por doquier, entradas imposibles en lugares de máxima seguridad, máscaras y rescates trepidantes. Todo impecablemente rodado y montado pero menos efectivo que en anteriores entregas. La formula no parece agotada, todos los componentes están en las proporciones justas, sin embargo esta vez sus efectos no han sido tan estimulantes para quien os escribe. Quizás es que yo tenía las expectativas muy altas o la saga empieza a dar síntomas de agotamiento.
Durante buena parte del metraje tuve una sensación de deja vu, de ya visto. La estructura de la franquicia (no olvidemos que la serie en la que se basa era una copia de los filmes de James Bond) empieza a ser demasiado obvia y no hay aportes innovadores. Lo de las bambalinas de la ópera no es novedoso, sin ir más lejos lo vimos en Quantum of solace de 007 hace pocos años, por no hablar de El hombre que sabía demasiado del maestro Hitchcock. Tampoco la persecución en moto es nueva en la franquicia (mucho mejor ahora que la de la segunda). No se puede achacar nada a Tom Cruise, el tipo está como siempre, en su papel. Simplemente la película no está a la altura de sus dos predecesoras. Yo esperaba un clímax más de infarto, me resultó casi precipitado y pienso que la tensión no estaba del todo conseguida. Tampoco hay un villano realmente carismático, sólo lo hubo en la tercera entrega, sí es un tipo listo que parece ser la horma del zapato del personaje de Tom Cruise pero nunca resulta realmente amenazador. Rebecca Ferguson es la chica del film, tiene carisma y es mona (of course) pero yo eché de menos a Paula Patton. Su doble juego y su relación con Hunt creo que podrían haber estado mejor desarrollados, no resultan creíbles algunas veces.
La música del film corre a cargo de Joe Kraemer, quien actualiza la sintonía del argentino Lalo Schifrin (tan inconfundible y efectiva como siempre) e incluso adapta el Nessun Dorma de la ópera Turandot de Puccini para los momentos más dramáticos del film, tiene cierto sentido ya que esa ópera tiene importancia en la trama.
No es un mal film de acción ni tiene grandes fallos de bulto (no procede meternos a analizar el guión, estamos hablando de Misión imposible), simplemente me ha gustado menos de lo que me esperaba.
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