Descubrí este disco gracias a mi amigo Dabi, a quien se lo había recomendado, como otras tantas veces, su hermano Paco. Es lo que tienen los hermanos mayores. En aquella época yo estaba metido en el rollo industrial con grupos como Nine inch nails o Marilyn Manson y este disco fue toda una sacudida. Era un disco que no pretendía ser moderno ni sorprender por su sónica innovadora. Era una joya pop de sonido retro aunque totalmente conmovedora. Me costó al principio pillarle el punto, sin embargo, cuando empecé a prestarle atención a sus letras, caí rendido a sus pies y ahí sigo casi 20 años después.
The Divine Comedy es uno de esos proyectos unipersonales en los que músicos de apoyo se van sucediendo siempre bajo la batuta de un líder y compositor que acaba siendo el único miembro permanente. Con Casanova, Neil Hannon (nacido en Derry, Irlanda del Norte, en 1970) dio un importante giro estilístico a su música. Del emergente brit pop de los años 90 en el que erróneamente se les etiquetó en sus inicios, Hannon dio un triple salto mortal para evocar lo mejor de la canción europea del siglo XX, especialmente la francesa. Con apenas 25 años, Hannon demuestra un enorme talento y un dominio de la tradición musical del viejo continente. En las canciones de Casanova se pueden oír ecos de Jacques Brel y de crooners de tiempos pretéritos como Scott Walker. Por Casanova discurren cazadores de fortunas, amantes pasajeros, mujeres de mundo y timadores. El disco destila un romanticismo y una fina ironía más que disfrutables. Hannon otorga tanta importancia a las letras como a la música, algo demasiado poco frecuente, por lo que ambas van indisolublemente unidas en un conjunto de alta calidad. Para la grabación del disco Hannon contó con una sección de viento y cuerda que otorgaron a las canciones el sonido deseado.
Uno no puede evitar caer rendido ante la originalidad de propuestas como A woman of the world, Something for the weekend y The Frog Princess. Tampoco el irresistible pop de Becoming more like Alfie (incluido sample de Michael Caine del film Alfie) deja insensible al oyente. No todo va a ser hedonismo y seducción, también hay hueco para la amargura y la nostalgia de una vida que se escapa irremediablemente como en la excelente Through a long and sleepless night o The Dogs and the horses con la que el disco majestuosamente se extingue. Hannon se convirtió en una estrella en Reino Unido gracias al éxito del single Something for the weekend y se popularizó su imagen de dandy. Neil Hannon ha seguido lanzando discos siempre interesantes pero yo me quedo con Casanova aunque sólo sea por ser el disco con el que lo descubrí.
Casanova es un canto a la vida y los excesos de una juventud que ya nunca volverá. Ya sabemos que la felicidad no está hecha para durar. Siempre nos quedarán los discos de The Divine Comedy para rememorar lo felices que una vez fuimos.
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