Comentaba el otro día con un amigo mientras esperábamos el comienzo de un concierto, el nivel que están adquiriendo las bandas en nuestro país, pero también los peligros de la saturación que puede llegar en cualquier momento, si es que ya no se ha apoderado de nuestras estanterías. Se han perdido las demos para pasar directamente a discos completos de bandas que, muchas veces, apenas llevan tiempo juntas para conocerse. Eso si, en cada uno está la capacidad de separar lo bueno de lo malo. Si observamos cualquier rama del rock, tras los cabezas de partida que ponen tierra de por medio con el resto, nos encontramos con muchísimos grupos, dispuestos a presentar batalla o, al menos, a que sus credenciales están al alcance de todos. Tal vez, el hard rock es el que se ha quedado un poco atrás ante tanta explosión musical.
Mientras a nivel internacional, se producen discos de hard rock como churros, aquí aún nos cuesta arrancar. Si Stop Stop!, junto a Jolly Jokers, The Val, 7 Almas y Sexplosion, apuntan maneras como aquellos dispuestos a poner las cartas sobre la mesa, afortunadamente, van apareciendo otros que también reclaman su parte del pastel, pero ojo, eso hay que ganárselo, merecerlo y sudarlo. No basta con aclamar al viento tus virtudes si estas no se ven reflejadas en las canciones.
Desde Asturias, llegan Leather Boys, y sin duda, se merecen abrirse hueco para ir conformando una nueva oleada de bandas de hard rock que puedan poner la cara colorada a más de uno. Lo primero que me ha pasado por la cabeza al escuchar este disco, es por qué cojones dejamos que se separaran The Punishers, aunque las circunstancias mandasen, así que aprovecho para mandar un abrazo a su vocalista Gunner –Don’t stop the fight, man-.
Vamos al lío, porque estos tipos merecen la pena, y mucho. Lo suyo es el hard callejero y canalla, de tintes sleaze o como lo quieras llamar. Ese que entre tanta laca intentó volver a plantar cara con el sabor salvaje del rock and roll. Unas guitarras cojonudas y una voz que puede competir con los mejores tiempos de Phil Lewis son sus principales armas. Y, por supuesto, un buen puñado de canciones. Abren con una super rockera «Leather gunner» donde ya se pueden ver ese viaje a aquellos sonidos que dominaron L.A. en los últimos ochenta. «The best» es contundente, me recuerda a L.A. Guns, y su estribillo es canela. Una de mis canciones favoritas, es «Sexagenary sex», muy rockera, con un grandísimo estribillo y una letra muy peculiar.
«Cries in the night» es muy hard rockera, sobre todo por esas guitarras tan compactas, y un estribillo, donde de nuevo me vienen a la cabeza los de Tracii Guns, una constante durante todo el disco, sobre todo recordando los primeros tiempos de estos. «Hard sex girl», destaca por su riff, mientras «Hard of stone» comienza como una power ballad, para ir aumentando en intensidad y fuerza, a través de ese riff y por supuesto, el punto fuerte de estos tíos, unos estribillos que en directo, les tienen que dar muchísimo juego.
«Sweet revelation» no pierde onda, porque el sonido de Leather Boys es bastante conjuntado, a pesar de que esta es, quizás, de las que menos me ha convencido del disco; cuestión de gustos. ¿Quereís una declaración de principios?, «RnR get me high», cuenta con ese saxo que le da mucha vida (¿Hanoi Rocks?), a pesar de que la estrofa sigue el mismo camino que han decidido no abandonar.
«Lord of the whores» vuelve a destacar por sus guitarras, con ese sonido clásico, y como no podía faltar, un buen estribillo. «Riding, fighting and drinking» va conduciendo hacia el final de este viaje por el Sunset Boulevard, que se ha trasladado desde USA hasta Asturias, pero antes, nos encontramos por el camino con la rockera «Backstabber», donde de nuevo, dan buena muestra de su poderío, para cerrar con otra de mis canciones favoritas de este disco, «Butterfly wings» , un magnífico medio tiempo, donde muestra otra cara de la banda, que dicho sea de paso, también se desenvuelven de maravilla.
Un muy buen disco de un grupo que tiene que seguir adelante, porque las ideas las tienen claras y el caldo de cultivo a punto para patear a quien se ponga por delante. Un disco que viene a suceder al Real Leather, primer trabajo del grupo publicado en 2011 y que nos sigue mostrando esa sinceridad y crudeza que ya atesoraban en su disco de debut.
Tuve el privilegio de escuchar este disco en primicia antes de que saliera editado, y la satisfacción de haberlos visto varias veces en directo. A parte de de colegas, ¡son muy buenos! y con este ‘Back in the streets’ se superan con creces. Seguramente de lo mejor que ha salido en España en los úlltimos meses, ¡Rock de paisanos!
Saludos