Una fría noche y un domingo perezoso era lo que, hasta el momento, podíamos decir del día 25-1-2015 en Barcelona hasta que la llegada de las 20:00 lo arregló todo. Uno de los gigantes del Big 4 alemán, Tankard, visitaba la península teniendo parada en Barcelona tras su último paso en 2011. Entonces vinieron a Salamandra, no a Razzmatazz, como esta vez, una sala más grande y más céntrica para todos aquellos que desde diferentes ciudades pudieron asistir a la interesante velada dominguera.
La noche la abrirían los más que conocidos en nuestro panorama musical, Crisix. El quinteto thrasher de Igualada sería el encargado de tocar en una de las ciudades donde más se les quiere, abriendo para los gigantes alemanes y dejando al público calentito. Estos estaban a punto de ejecutar su concierto de despedida temporal para centrarse en su tercer disco que, a días de hoy, queda muy poco para que salga a la luz. Así que todo apuntaba a que iba a ser brutal. Fin de gira, última fecha de Crisix y la visita de Tankard… ¿¡Qué otra cosa se puede esperar!?
Los de Igualada saldrían a escena con el fondo de «ASFH», la mítica intro de gran parte de sus conciertos, seguida de un buen trozo de «Ultra Thrash», la cual no terminarían y procederían a tocar «IYFF», el primer tema de su segundo trabajo. Acabado este inicio, Juli, el vocalista de Crisix, procedería a entablar conversaciones con el público y agradecer su asistencia al concierto, como también decir que, para la banda, ha sido todo un orgullo acompañar a los gigantes Tankard en toda la gira por la península. Un pequeño inciso que daría lugar al retorno a ese The Menace para tocar uno de los sus temas más agresivos y rápidos como es «Dead by the Fistful of Violence», que una vez terminada daría paso a «Rise…then Rest», otro de los temazos de ese segundo álbum que da título a la canción.
Al público le faltó poco tiempo para saber que los ya mayores Crisix se habían convertido en una banda de referencia para muchos, que estaban contemplando lo que sería el último show de sus dos primeros trabajos. Por ello, se comenzaron a montar moshpits con una entrada cada vez mayor en esa fría Razzmatazz, donde todos los fans de la banda lo estarían dando todo, cumpliendo con creces.
Tras estos dos temas, se escucharía una pequeña conversación de Juli nuevamente con la gente, que daría paso a uno de los temas con más juerga de la banda, «Brutal Gadget», una mezcla de buen rollo y brutalidad cargada de potencia que, en directo, gana. Llegaría el ecuador del show con un cambio de instrumentos por parte de los miembros de la banda, como hacen a menudo, cosa que dice muchísimo de todos ellos en lo que se refiere el nivel que tienen como músicos.
Los temas elegidos para interpretar serían «I’m the Man», de Anthrax, en el que Javi y Juli serían los únicos con instrumentos mientras Requena, Busi y Dani harían un cover de voces estupendo, firmando una buena interpretación, y ya todos con instrumentos en mano, «Symptom of the Universe», «Phantom Lord», «Black Magic» y «A New Level», de bandas que creo que no hace falta que sean nombradas.
Vuelta a la normalidad con «Waldi Gang», uno de los temas que más rompe con el thrash metal de la banda, seguido de «Bring ‘em to the Pit», los cuales pondrían punto y final al el show con el característico «Football of Death» de esta gran banda, Juli haciendo crowdsurfing mientras canta y terminando la canción con lo que les faltaba de «Ultra Thrash» al comienzo del show.
Brutalidad, juerga y profesionalidad serían los comentarios del show de los de Igualada. Con el paso de los años, se ve su gran mejoría en lo que a directo se refiere. De todo el corazón, les damos las gracias por este segundo disco y esa pedazo de gira que se han marcado, y les deseamos lo mejor para ese futuro trabajo que se traen entre manos.
Tras ellos, llegaban Tankard. Todo el mundo sabía que lo mejor aún estaba por llegar, y que los Crisix no lo habían puesto fácil. Los germanos deberían hacerlo muy bien para superar a estos pedazo de teloneros. Los reyes del metal más alcohólico existente venían tras una ausencia en nuestro país de cuatro años, y es que ya se les echaba de menos. Esta vez, bajo la gira de presentación de su último trabajo llamado Rest in Beer (R.I.B.).
El tema elegido para abrir la velada sería «Need Money for Beer», un clásico de la banda que hablaría de su más preciado tesoro, como en gran parte de las canciones, la rubia o negra que a todos nos gusta: la cerveza, el elemento protagonista de la noche. Sorprendía el gran cubilete de birras que tenía la banda para consumir durante el show, algo brutal que haría enloquecer aún más a Gerre, el vocalista de esta leyenda alemana. Si podemos destacar al Big 4 alemán por la rabia en sus temas, con Tankard debemos hacer la excepción. Un thrash de la vieja escuela acompañado de letras que incitan a la fiesta y la diversión.
Con «The Morning After» y «Zombie Attack», dos de los temas más antiguos de la banda, se formarían uno moshpits brutales, como dios manda para ocasiones así. Todo el mundo ya estaba entrando en calor, o bien por el ejercicio, o bien por los litros de cerveza que se respiraban en el ambiente (y en las caras de más de uno). Por lo que a mí respecta, era la primera vez que tenía el placer de ver a Tankard, y no sabía que Gerre, su vocalista, tenía ese carisma y facilidad de meterse al público en el bolsillo -o en la panza cervecera que se gastaba-. Un frontman que a medida que iba bebiendo, enloquecía cada vez más, y eso era positivo para el show, ya que nunca está de más ver a un borracho que te incita a beber… ¡de hecho siempre es bueno!
A medida que terminaban las canciones se iban agotando las cervezas del cubilete sobre el escenario, las que Gerre, tras beber, repartía sin problema. ¡Todo un detalle por su parte, oiga! Temas antiguos y tema nuevos saldrían a relucir en una noche que estaba convirtiéndose en una fiesta. Moshpits que no cesaban al ritmo de «The Beauty and the Beast», «Rapid Fire», «Maniac Forces» o «Rules for Fools», como en otros temas dando un repaso total a, mínimo, 10 de sus 16 trabajos.
La gente no paraba de acercarse al escenario; el feeling con la banda era cada vez más intenso, y estos germanos son unos profesionales en caer bien. No faltó uno de los himnos de la banda, que Gerre presentó como un tema serio, como era la muerte, dando paso a «Die with a Beer in your Hands», durante el cual todo se pondría patas arriba, incluso gente subiéndose a la valla para hacer crowdsurfing ante los incesantes moshpits durante cada nota de cada canción. «Space Beer», «Rectifier» y «Chemical Invasion» darían lugar a un pequeño descanso de 5 minutos, volviendo a cargar la pilas para volver a salir a las tablas a rematar un show de aproximadamente dos horas.
«Alien» y «The Party Ain’t over ‘til we say so» serían los temas previos a un himno de la banda que se hizo de rogar por su tardanza, y es que lo bueno se hace esperar: «A Girl Called Cerveza», con Gerre sobre la barra de Razzmatazz, donde la gente se subiría para saltar al público, abrazar al frontman y trasladar el moshpit a otra parte de la sala. Un pequeño juego de seducción (muy malo por cierto) por parte de Gerre hacia las camareras haría de esta canción la mejor de la noche hasta el momento, ya que tras otra pequeña desaparición, la banda saldría a rematar con «(Empty) Tankard», donde todo el mundo se puso a saltar y a gritar para despedir un concierto apoteósico.
La vuelta de los alemanes juerguistas es de lo mejorcito que le ha pasado a Barcelona en los últimos meses, y es que por lo que vemos, esta banda siempre cumple. Un gran inicio de año, un show excepcional y una resaca para comenzar la semana que nos hizo acordarnos de la madre que parió a Tankard.
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