Cuando se menciona la palabra rockstar se vienen a la mente nombres como Jimmy Hendrix, Genee Simons o Eric Clapton. Grandes iconos del rock caracterizados no solo por su imagen si no también por su calidad. Actualmente, no podemos dejar de pensar que los grandes rockstars se están extinguiendo, pero hay una camada de músicos que se resiste a este cambio, y el hombre que más ruido hace en ese sentido es el norteamericano Jack White.
Lazaretto es la segunda producción en solitario del ex líder de The White Stripes, un álbum furioso, lleno de riffs intrépidos, y de lo mejor que saber hacer Jack: rock and roll.
White es conocido principalmente por su afición al blues, y al igual que en su anterior trabajo Blunderbuss (2012) este género no dejara de estar presente, el disco arranca con «Three Women» (basada en “Three Women Blues», de Blind Willie McTell) es justo la advertencia que pone el álbum, pues es una canción llena de energía, latigazos del órgano, y coros vibrantes, que da hincapié a «Lazaretto», la cual continua la dosis de rock, pues es una melodía solida hechizada de furia donde hay un intervalo interesante que coquetea con lo psicodélico.
La experimentación es unas cualidades sonoras mas características de la carrera de este músico y en Lazaretto se refleja la tendencia a involucrar diferentes texturas auditivas, como lo es “Temporary Ground”, la cual representa la calma después de la tormenta: una balada country/rock que gracias a la gran presencia de una voz femenina llena de dinamismo al disco.
“Would You Fight For My Love” es una canción sumamente completa, con un inicio donde salen a relucir percusiones que casi pecan de pretenciosas, la voz de un Jack rendido, y una guitarra que se ve opacada por unos coros agudos fantásticos. Para cuando llegues a “High Ball Stepper”, estarás moviendo el pie al ritmo del disco, un canción instrumental con un solo rabioso que casi parece improvisado como reviviendo lo mejor de White Stripes, pero que también hará sonreír a los fans de Led Zeppelin.
Pareciera casi intencional, pues a este punto se puede hacer una división del disco, a partir de “Just One Drink” la utilización de ese piano cincuentero, lleno de acordes pantanosos, alegres y hasta bailables, y otros recursos del country o el soul son más utilizados, también simboliza el regreso de esas letras conflictivas y melancólicas del viejo blues (como alguna vez lo hicieron The Black Keys) pero con todos los elementos musicales mencionados anteriormente, en la misma línea esta “Alone In My Home” “Entitlement” “I Think I Found The Culprit», y la canción de cierre “Want And Able”, todas son representaciones musicales de esa región sureña de los Estados Unidos donde se toma whisky mientras se le llora cantando al amor.
Cuando crees que se ha acabado la fiesta, “That Black Bat Licorice” tiene una entrada que podrías confundir con cualquier canción reggae. Aparentemente una de las necesidades de Jack White es pisar nuevos terrenos musicales con esto reafirma su intención, sencillamente la cereza en el pastel. Repleto de esa guitarra explosiva, con su ya conocido sonido análogo, los caóticos riffs y su peculiar tono de voz, el nacido en Detroit nos hace saber por qué hoy día representa uno de los mayores estandartes del rock internacional. Lazaretto está hecho para las amenas conversaciones con camaradas, para amantes de la nostalgia, para disfrutarse en los bares, un disco de blues-rock con dos caras que se complementan a sí mismas.
Debido no solo a su capacidad musical si no también creativa, experimental así como su imagen, sus diferentes colaboraciones, Jack White tiene la madera suficiente para en un futuro recordarlo como el mayor rockstar de nuestros tiempos.
Magnífica reseña. Muchas gracias por no sumarte a la ola de «ninguneo» al que está sometido este SEÑOR en este país. Quizás algún día…
Hola, muchas gracias por tu comentario, al menos acá en México, siempre ha sido bien recibido desde sus proyectos hasta en solitario.
Saludos