La marcha de Dalone me olió mal, y «A Shot At Redemption» me hizo desconfiar de la posible nueva dirección de la banda hacia un hard rock melódico más convencional, olvidándose definitivamente de las maravillas AOReras de sus primeros trabajos. Maravillas, dicho sea, ya un tanto ausentes en su estupendo Address The Nation. Desde mi punto de vista, las sospechas se confirman. No encuentro elegantes pasajes melódicos inundados de teclados como los de «Under Your Skin», contenida en el EP de adelanto, sino algunos (muy buenos) temas de hard rock melódico mezclados con algunas incursiones en pop de Eurovision que me hicieron difícil la primera escucha.
Tras darle muchas vueltas al álbum, he concluido que la personalidad de sus inicios se ha diluido casi por completo, sustituida por estándares que, por otra parte, no ejercen nada mal, si bien este álbum contiene algunos temas que no he logrado digerir. El single, un bucle con estribillo poco inspirado. La primera balada, «Tearing Down The Walls», un tema pop sobado camuflado bajo guitarras y potente voz, pero de estribillo grimoso. «Mannequin Show», que podría pasar por el «I Did It Again» de Britney Spears. También me da un poco de repelús, con más azúcar que el café de un P. Tinto, haciendo isla. Todo colorines y mariposas. Pero ahí se acabarían los reproches, pues el resto lo he disfrutado bastante.
Tearing Down The Walls contiene gruesas piezas de hard rock sueco, con patentes influencias de los Europe y Treat ochenteros. El inicial «Point Of No Return», sin ir más lejos, contiene un poderoso riff (nada novedoso) acompañado de un estribillo épico ideal para encarnar en directo, donde la banda lo parte de verdad. Lo mismo transmiten las épicas «Inferno» o «Emergency». Trallazos, los más «H.E.A.T. con Erik» del disco, junto con la más AOR «We Will Never Die» y la elegante «All The Nights», con menos colorante popero que la anterior lenta. Se les da genial componer estribillos de single, y sólo siento desconcierto ante la elección de la floja «A Shot At Redemption» para radiar.
Entre los últimos cartuchos hay uno de sal, «Laughing At Tomorrow», demasiado blando para mi gusto, con unos teclados que me cuesta mucho encajar. Suerte que el resto tienen buena metralla, y entre la brutal «Enemy In Me» y la pomposa «Eye For An Eye», la banda consigue equilibrar Tearing Down The Walls en favor del grupo, pero también en contra de la frescura que un día me deslumbró. Erik es un vocalista fantástico, la producción es buena, muy buena, y ellos son unos compositores más que decentes. Pero aquí me cuesta encontrar, más allá de temas potentes, estribillos redondos y guitarras afiladas, esa clase y elegancia que tanta personalidad les supuso en sus inicios. Con todo, muy disfrutable.
Les das un 7,5 así q no esta tan mal. El problema es q si mezclan a Britney Spears con trallazos de guitarra el resultado suele como cuando te acuestas con un travesti … Buen culo, buenas tetas pero tienen el clítoris demasiado desarrollado… Y a mi gustan las tías así q los experimentos con gaseosa de la barata, que la casera me da pena tirarla
Un abrazo Edgar, me ha gustado la crítica, pero creo q el disco no.
Gracias por el comentario compi. Le dí el 7,5 por el valor objetivo, y es que los temas están muy bien, y realmente el disco es un pelotazo para llevar en el coche y, sobre todo, para el directo, pero no recomiendo buscar nada de los primeros HEAT aquí, y como fan y de forma absolutamente subjetiva, me jode.
Un disco muy flojjito y decepcionante. Ya está bien de dar de comer a los grupos de fuera de España y no valorar lo muy bueno que tenemos!!! Abrazo familia HROCK