Dirigida y escrita por Jeff Nichols (“Shotgun Stories”,“Take Shelter”), “Mud” confirma el definido estilo del autor: un drama que gira alrededor de una cuestión clásica -en este caso, el amor- a ritmo de folk americano y con la profundidad del Sur como pista de baile -Arkansas. La historia está motivada por el personaje de Mud (Matthew McConaughey), pero los protagonistas son los niños. El principal es Ellis, de niñez golpeada por coletazos de un matrimonio en las últimas, y su inseparable es Neckbone, huérfano criado por su tío -interpretado por Michael Shanon-, un pescador de ostras a buceo. En busca de aventuras, encuentran un bote encallado a lo alto de un árbol tras una inundación, pero descubren que ya hay alguien viviendo en él.
El carisma y la labia de Mud le sirven para ganarse la admiración de los adolescentes y su inestimable ayuda como contacto con el exterior de su refugio. Entretanto, lidiarán con los problemas y obstáculos que les interpone el paso a la madurez, retratados en esta cinta con bella delicadeza, a la vez que descubren el origen de los problemas de Mud. Escenas de gran ternura se contrastan con otras de mucha crudeza emocional, generando en el espectador sensaciones contradictorias similares a las de la temprana juventud. La alegría choca contra el cariño y éste contra la admiración, para darse de bruces con la decepción. Y así.
El nudo de vaivenes sentimentales estalla hacia el final en desgarradores diálogos que duelen por su credibilidad, las geniales interpretaciones de los actores -sorprendente McConaughey- y los propios recuerdos que podemos asemejar a lo que se ve en pantalla. La forma en que Ellis trata de encontrar veracidad en el amor es conmovedora. Cómo lo que ocurre a su alrededor le ayuda a sacar conclusiones, es una de las mejores bazas de la película. El emotivo guión aderezado con una inspirada banda sonora y una fotografía que retrata estupendamente los sureños exteriores redondean el resultado.
Su ritmo, a priori pausado, puede suponer un obstáculo para el gran público. Superada esta barrera, dudo que le sea difícil al más ocasional del peliculeo disfrutar de una historia tan universal como íntima, así como dejarse maravillar por un final muy bien resuelto, no tan desolador como el de la ópera prima del director. Nichols trata todos su recursos con cariño; de ahí un resultado tan bello que recuerda al de “Un Mundo Perfecto”, de Clint Eastwood, con reminiscencias a “Cuenta conmigo” de Rob Reiner. Ni siquiera la violencia presente resulta gratuita. Al contrario, se hace necesaria y oportuna para cerrar tramas y manifestar las consecuencias de cualquier tipo de amor.
El bagaje del espectador resulta clave en la interpretación de historias como esta. Conmigo dió de lleno, y sé que mi punto de vista tuvo más peso que el propio buen hacer del equipo. Objetivamente me parece una película de 8, pero sólo me he emocionado tanto en un cine con películas de sobresaliente alto.
Edgar Carrasquilla @Edgar_Corleone
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Maese Perem, ya echaba yo de menos por aquí alguna entrada de este tipo, de opinión y muy currada (con la cual coincido, por cierto) entre tanta noticia y listados varios (que tambien están bien, eh!) Me alegro de haber leído esto, y pensaba darle la enhorabuena, pero por lo que veo los méritos y honores recaen sobre Edgar Carrasquilla… En cualquier caso, felicitaciones varias, a uno por su autoría y al otro por compartirlo. Buenísima recomendación.
Saludos
Tengo pendiente visionar la peli, cosa que posiblemente haré este fin de semana. Ya contaré que tal.