raEl  cantautor RYAN ADAMS parece volver a las andadas en cuanto a dar rienda suelta a una compulsiva creatividad. El Ashes and Fire databa del 2011 y tardo 3 años en dar a la luz su siguiente obra, Ryan Adams, en el 2014, pero desde entonces sigue un portentoso promedio de lanzamiento cada dos meses; así  nos ha dejado un mini lp de sabor punk, 1984un lp en directo, y hasta unos 7 singles que van desde el country al rock y canciones de autor, todos ellos en su sello PAX-AM. Para este final de año Ryan nos ha reservado su más polémico trabajo , una obra que va más allá de lo imaginable. ¿La febrilidad laboral ha acabado con Adams? ¿Ha perdido los papeles? Juzguen.

No es la primera vez que en el mundo del rock and roll que un artista decide rendir un homenaje a sus ídolos grabando discos dedicados a ellos o, incluso, reconstruyendo todo un lp clásico de alguno de ellos. Ryan ha seguido esa moda, pero la ha llevado un paso más allá, ya que el artista escogido para su nueva obra se encuentra alejado de lo que pudiéramos atribuir como ídolo del cantante. Si Ryan hubiera escogido a Cash, Dylan, Springsteen o, incluso, The Clash o Husker Du, no hubiera sorprendido a nadie, pero claro, era difícil de imaginar que la elegida sería la niña mona del country convertida en pop idol, Taylor Swift, y que su multimillonario lp del año pasado, 1989, fuese la nueva inspiración del compositor.

Taylor Swift no debería ser objeto de presentación si uno (aún cuando no quiera) tiene la oportunidad de oír la radio o ver TV comerciales, ya que es la estrella más importante en el mundo de la música de la actualidad. Una frágil jovencita nacida en Pennsylvania en 1989 que comienza su carrera en plena adolescencia con un sonido de origen country, muy edulcorado, e imagen de Cenicienta Disney que encandila a las menores de quince años con sus temas de amores  platónicos y fiestas de pijamas. Poco a poco, disco a disco, va evolucionando hacia el pop con cachivaches que pululan por estos mundos de las listas del Billboard. Por fin, el año pasado Taylor saca el disco de su vida y, con toda seguridad, el disco pop pluscuamperfecto del SXXI. A ciencia cierta, ese 1989, coincidente con su año natal es todo un prodigio de composición y producción pop de la mano de los más reputados creadores de hits actuales como Max Martin (Britney Spears, Usher), Shellback (Cristina Aguilera, Cher Lloyd), Ryan Tedder (One Republic, Adele), o Imogen Heap. Y, por supuesto, lo considero toda una obra maestra.

Tras esta introducción, vayamos al análisis de esta boutade de Ryan. ¿Es algo meramente anecdótico? ¿Merece la pena? Yo creo que sí, y mucho. Quien no haya escuchado el disco original (que, por el habitual segmento lectores, debe ser lo normal), pues se encontrará con un muy  buen disco de Ryan Adams, sin tanta guitarra como el precedente, el Rock and Roll o el Gold, pero con grandes medios tiempos. La transposición de las canciones pop del original al estilo de Adams resulta natural. Su country alternativo se adapta de forma de forma sencilla a unas canciones que, si bien sabemos no fueron creadas por músicos del estilo favorito del sureño, no puede decirse que parezcan fuera de lugar. Además, debe destacarse que Ryan las interpreta con respeto, comprendiendo no sólo que son buenos temas en origen, sino que se le debe rendir una pleitesía a un disco, el de la Swift que representa el sentir y el gusto de millones de personas.

Un inicio demoledor con un apoteósico «Welcome to new york»convirtiendo la sencilla instrumentación de la original por un pequeño Brill Building, con un «Blank Space», con su guitarra acústica y su arreglo de violines enternecedores;  mi tema favorito del disco original, «Style», de estilo funk pop, transforma en un tema de rock con tintes épicos que de forma sorprendente me recuerda a los Simple Minds del Once Upon A Time (serán cosas mías).

«Out of the woods» es un regreso a los aires campestres con esa forma  de desgranar las palabras en forma de lamento tan particular del artista, un tema muy propio para una cara B del Ashes and Fire; y el famoso «Shake It Off». ¿Que? No se si recuerdan la versión de Adams del «Wonderwall» de Oasis, que convertía en una lúgubre y oscura balada; pues aquí vuelve a hacer una cosa parecida: el pop saltarín original queda deformado hasta que la canción parece salida del Nebraska de Bruce. Tratándose de un tema tan manido y pop, el resultado es de diez.

El otro gran hit del disco, «Bad blood»mantiene el carácter melódico pero la reconvierte en un single de americana de primera categoría.

Seguir desgranando las canciones sería absurdo pues debe escucharse en su integridad, fijándose, sobre todo, en los temas no tan conocidos del disco como «Wildest Dream»o ese «How you get the girl», tan Blood On The Tracks.

Si  uno conoce el disco original por tenerlo como oro en paño (como es mi caso), sólo cabe dar las gracias a Ryan por esta rendición. Es más, la propia Taylor Swift ha mostrado públicamente su gratitud , así que sólo debo decir que la Reina tiene razón.

Sería un 9 de ser Ryan el compositor de los temas, pero como no lo es, lo dejaré en un 8’5 por cuanto no sólo podría pasar por uno de los buenos discos de Ryan, sino por la dificultad de tomar prestado un disco tan conocido y además alejado de su estilo para realizar una verdadera y respetuosa recreación del mismo. Lo que podía ser una tontería se ha convertido en una locura maravillosa.

RYAN ADAMS – 1989: una locura maravillosa

by: Bernardo De Andres

by: Bernardo De Andres

Mi lema: una Buena Canción se encuentra donde menos te lo esperas, por lo que nunca rechaces nada de antemano. Nací con el White Album de los Beatles, y espero morir escuchando "God Only Knows" de los BB. Mis trastornos mentales suelen manifestarse en el blog Mi Tocadiscos Dual

2 Comentarios

  1. Greatbook

    Estupendo disco. La lástima es que habrá muchos que lo desprecien por sus prejuicios. Ellos se lo pierden. Primeras favoritas: Style y Wildest dreams.

    Responder
  2. peter allman

    Me ha parecido un disco muy interesante de escuchar, el principio es descomunal, y tiene un aire en varias canciones a la hora de interpretar muy cercano a tracy chapman, con una forma muy sencilla de interpretar cada canción y al mismo tiempo tan sofisticada.
    ¡Un abrazo!

    Responder

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