La localidad de Rota en Cádiz es conocida, además de por sus playas por la base militar. Algo que la ha convertido en el lugar del mundo con más pizzerías per cápita, lo que hace que no sorprenda su calidad pues la sana competencia hace que cada una se especialice en un tipo diferente del clásico plato italiano aunque pasado por el tamiz estadounidense, pues la base es de ese país. Cierto es que en la “nación de las barras y estrellas” el consumo de pizza es inmenso pero si hay un plato estrella en ese territorio es la hamburguesa.
Y a una hamburguesería nos trasladamos hoy en El Rincón del Gourmet. Pero no una al uso sino a Little John, el magistral “fast good” que ha montado hace unos años Juan Ruiz Henestrosa que tras dejar su puesto de maitre y sumiller en el A Poniente de Ángel León creo el sueño de su vida que no era otro que preparar estos deliciosos discos de carne con pan que forman parte de la gastronomía mundial, algo que nos recuerda a la parte final de la cinta “El menú” donde el chef deja el oropel de las estrellas Michelín para crear una hamburguesa perfecta, en la menos interesante “Chef” donde el protagonista se dedicaba a regentar una furgoneta con bocadillos en vez de su trabajo con el brillo de los restaurantes de lujo o esta temporada con la serie “The bear”.
Pero que sea un producto al alcance de todos no significa que sea vulgar o melo, porque es impresionante el cariño con el que tratan sus creaciones donde además nos sugiere una carta de vinos magnífica que tendremos que probar en próximas ocasiones aunque siempre hemos preferido beber cerveza con las hamburguesas (cosa que también nos sucede con el sushi). En este caso nos ofrecen de barril Stella Artois, Mahou Cinco Estrellas e IPA. Así que maridamos los diferentes platos con las dos birras madrileñas. Como no podía ser de otra manera, fue genial.
Es importante saber que aunque funcionan bien con los tiempos, la carne le dan forma y cocinan al momento así como sucede con las guarniciones fritas cuando se solicitan, no teniéndolas en un mantenedor a la espera de pasar al plato. Algo que se nota y que cuidan en Little John, con un servicio experto y unos proveedores de altura como la carne de Discarlux o el panadero Daniel ramos de “la Cremita”. Ingredientes frescos y de calidad.
Los entrantes consistieron en un inenarrable “Boniatos Little John”, con el tubérculo cortado en tiras y frito, acompañado de una deliciosa salsa de tomate frito y parmesano, con un sabor que evocaba la pizza, y coronada con un huevo frito de campo.
Nos encantó, más que las alitas de pollo, hechas al horno sobre una cama de mojo rojo. Buenas sin más pero, de nuevo, hay que descubrirse ante el costillas a la barbacoa, insuperable medio costillar de cerdo con salsa barbacoa casera. De los más ricos comidos nunca.
Entre las hamburguesas destacamos tres: “La del Majareta Frankyn”, con su estupendo pan especial, carne de vaca, velo de panceta ibérica, crema de setas, un huevo frito coronando y queso Compte que flamean en mesa con un soplete. Una joya.
Tanto como la “Trufata Camembert” con tierno pan, carne de vacuno, queso Camembert, huevo frito y emulsión de trufa. Otra maravilla.
Y como remate, aprovechando que se presentan al certamen “Best Burguer Spain” probamos “La Emilita”, la elegida por ellos para intentar ganar el premio. Pan Pretzel, carne de vacuno, parmesano reggiano, cebolla caramelizada en cream (un punto dulce espectacular), bacon, pepinillos a la mostaza y la salsa burguer de la casa.
Además con el añadido de las guarniciones pues las patatas fritas (por supuesto con su piel) son de categoría, ricos los totopos caseros y estratosféricos los boniatos fritos.
Ir a Little John es algo más que comer una hamburguesa (o sándwiches y bocadillos que también tienen una gran pinta), es degustar un manjar sencillo y asequible y elevarlo a un nivel superior. Es normal que haya que reservar con tiempo y más en fin de semana porque merce la pena la visita.
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