The Yellow Sea o Mar amarillo hace referencia al mar que separa la península de Corea y China. Debe su nombre a la arena del desierto de Gobi que los vientos depositan sobre sus aguas dándoles un color amarillo. Un mar por el que muchos inmigrantes chinos se juegan la vida intentando llegar a la rica Corea del Sur confiando su destino a las mafias. Algo muy similar a lo que ocurre en el Mediterráneo. Pero The yellow sea no es únicamente un film de denuncia social, es además un thriller electrizante a la coreana.
Tras el éxito de la excelente The Chaser, Na Hong-jin cuenta la historia de un taxista (Ha Jung-woo) agobiado por las deudas que acepta un peligroso encargo de un mafioso (Kim Yun-seok). El encargo consiste en viajar como inmigrante ilegal a Corea del Sur para cometer un asesinato.
El punto de partida puede que no sea muy original pero Na Hong-jin lo transforma en 150 minutos de frenético e intenso thriller. Na Hong-jin se toma su tiempo, su film arranca despacio con una pausada presentación de personajes. Durante la primera hora Na Hong-jin nos ofrece lo mejor de su cine, asistimos a la epopeya de un pobre diablo por salvar el futuro de su hija y por saber qué demonios ocurrió con su esposa. Por una vez en una película de cine negro, la mujer fatal que desencadena el drama apenas aparece en escena. Veo también como un acierto el contar con la excelente pareja protagonista de The chaser pero aquí con los roles cambiados. Ambos demuestras ser actores muy solventes capaces de cambiar totalmente de registro con resultados asombrosos. Me sorprendió una vez más el uso de las localizaciones que hace Na Hong-jin, toda la preparación del golpe me pareció perfecta. Hay que destacar que The yellow sea fue la primera coproducción asiática en la que colaboró la 20th Century Fox y ello se nota en la sobresaliente factura técnica que nada tiene que envidiar a cualquier producción de Hollywood.
Es a partir de la excelente primera hora cuando el film da un giro de estilo, algo habitual en los nuevos directores coreanos tan aficionados a saltar de un género a otro y caer sorprendentemente de pie. El film transforma en una frenética persecución cargada de adrenalíticas persecuciones y peleas. Como si de una mezcla vitaminada de El fugitivo y Jason Bourne se tratara, The Yellow Sea funciona perfectamente como vehículo de evasión. Por cierto, la policía es presentada una vez más como un paradigma de ineptitud cuando no de corrupción.
El problema de The Yeallow Sea no reside en sus magníficas escenas de acción, espectaculares y realistas a la vez. Reside en su confusa narración. Parece como si Na Hong-jin hubiera puesto toda la carne en el asador en las escenas de acción y no le hubiera preocupado ir dejando cabos sueltos en las dos horas y 40 minutos que dura su film.
Las sangrientas peleas con cuchillos, machetes, hachas (e incluso huesos) son terribles por su violencia y el duelo interpretativo es digno de la mejor tradición coreana. Pero la historia se hace enrevesada y confusa. Algunas motivaciones de personajes se hacen casi imposibles de descifrar. Reconozco que me hice un lío con la trama.
Todo ello hace que al final el espectador sienta que se ha perdido algo y que la experiencia no sea totalmente satisfactoria, quedándose en una experiencia agridulce. Siendo un film correcto, The yellow sea no llega a tener esa fuerza de The Chaser.
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