Expresamente concebido para el público yankee , es «December’s Children (And Everybody’s)» un curioso artefacto de transición, conformado por tomas procedentes de la edición inglesa de «Out Of Our Heads», singles con sus correspondientes caras b y cortes en vivo que conforman un cajón de sastre que bien pudiera antojarse cómo un sacacuartos si no fuese por el nivel que poseía la banda que lo rubrica.
En la primera categoría, la de insertos de la edición británica de su anterior elepé, nos encontramos con «She Said Yeah», poderosa apertura a ritmo de rock and roll con corazón popero qué a buen seguro fue espejo en el que se miraron muchas bandas de power pop de la siguiente década; Una relectura del «Talkin About You» qué, a diferencia de otras incursiones previas en el cancionero de Chuck Berry, es totalmente llevada a su terreno, rebajándole el tempo e inyectándole guitarras de fuerte poso hard blues, qué casi profetizan el rumbo que tomará el sonido de la banda en los estertores de la década. Cerrando la tripleta tenemos uno de los cortes más redondos del álbum, «I’m Free», una primigenea joya stone tan fresca y rebosante de buenas vibraciones cómo obviada por sus creadores.
Entre los singles rescatados se incluye la seminal, padre -y madre- de tantas cosas por venir, «Get Off My Cloud», rock and roll vibrante, recubierto de beat y garage, vestido para matar y «As Tears Go By», uno de los primero números en llevar la firma Jagger/Richards, que en el momento de su edición ya había conocido el éxito en la voz de Marianne Faithfull. Barroca balada de mimbres orquestales, resulta comprensible que los primerizos Stones, empecinados en portar el estandarte del rythm and blues, decidieran cederla sin remordimientos. Lo que no quita, por supuesto, que estemos ante una gran canción, preñada de melancolía y preciosismo. Las respectivas caras b eran «The Singer Not The Song», que seguía el esquema acústico y evocador puesto en práctica en canciones anteriores cómo «Congratulations» o «Play With Fire»; y «Gotta Get Away», potente esquirla de basamento soul que no hubiese desentonado entre los surcos de su anterior rodaja.
Algo descolocado está «You Better Move On», procedente de «The Rolling Stones EP», epé editado casi dos años antes, breve lapso de tiempo, pero que en aquellos tiempos de producción frenética se antojaba como poco menos que una eternidad. En el plano musical, el grupo nunca había sonado tan marcadamente beateliano hasta la fecha en que decidieron registrar esta cover de Arthur Alexander, lo cual, teniendo en cuenta que ya habían grabado una canción prestada por Lennon y McCartney –«I Wanna Be Your Man»- es mucho decir.
Pese a la gran cantidad de retales de la que se nutría el repertorio del álbum, el grupo aportaba en exclusiva un par de cortes: Una versión de Muddy Waters –«Look What You’ve Done»– que retrotrae a los tiempos de «England’s Newest Hit Makers» (literalmente, es del ’63) y «Blue Turns To Grey», una muestra de su mejor hacer en calidad de orfebres pop.
Cerrando sus respectivas caras, sendas versiones en vivo de la ya habitual en sus shows «(Get Your Kicks On) Route 66» y «I’m Moving On» qué, aunque no lo parezca a tenor del tratamiento que le dan, sería el primer flirteo de la banda con el country, sonido que iría ganando enteros en la producción del grupo en tiempos venideros.
No hay que acercarse a «December’s Children (And Everybody’s)» esperando un trabajo unitario, fruto de unas sesiones homogéneas y con un espíritu común que dote de cohesión a su contenido. Con un corpus procedente de sesiones esparcidas a lo largo de dos años y la ya mentada diversidad de fuentes, no cabe hablar más que de una bien avenida colección de canciones. Un producto oportunista, de hecho, pero con el suficiente savoir faire para hacerlo merecedor de una mención especial en estas páginas.
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