Joven profesor, objeto
de las fantasías de las colegialas.
Le quiere tan desesperadamente,
se da cuenta de lo que ella quiere ser.
Dentro de él late un anhelo,
esta chica es un libro abierto.
Pone el marcapáginas, ya casi está aquí.
Esta chica tiene la mitad de años que él.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
Sus amigas se mueren de envidia,
ya sabes cómo se ponen las chicas malas.
A veces no es tan fácil
ser el ojito derecho del profesor.
Tentación, frustración.
Es tan desagradable que le hace llorar.
En la parada del bus ella espera empapada.
Su coche es cálido y está seco.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
Cuchicheos en clase
que los hieren una y otra vez.
Bronca en la sala de profesores
llueven las acusaciones.
No sirve de nada, él la mira
empieza a temblar y a toser,
justo como ese viejo en
el libro de Nabokov.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
No te quedes, no te pares tan,
No te acerques tanto a mí.
0 comentarios