Mark Gatiss consiguió un enorme prestigio como co- creador de “Sherlock”, maravillosa traslación a la actualidad de las aventuras del detective inventado por la pluma de Arthur Conan Doyle. Sólo por eso, su nombre se ha convertido en uno de los fundamentales de la televisión británica.

Tras ella, llegó la ambiciosa, pero irregular, “Drácula” y ahora estrena este “Bookish” que sin ser nada desdeñable sí queda lejos del talento conseguido en su primera serie.
Lo que tenemos aquí de nuevo es una intriga, con personajes elegantes, típicamente británicos aunque la acción se sitúe tras la II Guerra Mundial, protagonizada por un librero que colabora con la policía resolviendo crímenes. Tres casos divididos en dos partes cada uno. Una estructura similar a la de “Sherlock”, si bien es cierto que en la protagonizada por Benedict Cumberbatch eran episodios conclusivos de hora y media mientras que aquí la duración es prácticamente igual pero separadas en dos episodios, por lo que los tres misterios a resolver duran seis capítulos.
El primero es un crimen por ácido clorhídrico en el barrio donde viven y trabajan los personajes, el segundo nos conduce a otro asesinato por envenenamiento en el rodaje de una película y en el tercero vuelve a la defunción por ácido clorhídrico en un lujoso hotel donde dos aristócratas han sido amenazas de muerte.
La serie tiene buenos momentos y es entretenido y bien hilado el descubrimiento de los crímenes pero la irregularidad es constante y su trama tiene demasiados altibajos, tramas secundarias que no aportan nada al guion, muchos lugares comunes y unos secundarios que como el resto del guion no termina de convencer.
Como protagonista absoluto el propio Gatiss se reserva al librero Book, un culto y refinado detective pero con oscuros secretos. Un híbrido entre Sherlock Holmes y Hércules Poirot que con inteligencia consigue llegar a resolver los más intrincados casos.
En la dirección aparece el nombre de la semi desconocida Carolina Gianmetta que no arriesga en la puesta en escena, marcada por la buena ambientación pero de corte académico y televisivo, jugando con el plano- contraplano. Como el resto de “Bookish” no molesta y es agradable de ver pero a buen seguro que con los mimbres que tienen de partida se puede esperar más.
Televisión inglesa de buena factura pero que se convierte en un entretenimiento ligero, lo cuál se queda corto pues las pretensiones de entrada son mayores al resultado final.




















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