Si nos esforzaramos en realizar un mapa geográfico donde situar la cada vez más poblada y longitudinaria estela del Metal, evidentemente habría lugares que marcar especialmente en el mapa. Inglaterra como padre creador, donde soplaron con más fuerza los vientos primigenios, que también enraizaron en EEUU, aunque aquella tierra absorbiera el protagonismo durante los ochenta y gran parte de los noventa, dejando a las Islas Británicas un nuevo resurgir más “underground” a través de bandas como Paradise Lost, Anathema o Cradle of Filth. Como parte de la resistencia europea de los ochenta, clavaríamos pica en tierras germanas, mientras que avanzando a los noventa, el norte de Europa copó miradas y pensamientos, desde la oscuridad del Black Metal Noruego a la reconvención de Death Metal Sueco y casi a final de siglo el Power Metal de Stratovarious, Sonata Artica o Hammerfall en la reivindicación por parte sueca y finesa. Claro que entonces, Italia también tendría que decir lo suyo, sobre todo si nos movemos hacia terrenos del Power Metal Sinfónico.
Ya que estamos señalando lugares concretos, por mi parte no olvidaría resaltar Grecia, cuyas bandas de Black Metal, no sabría deciros que influencia más o menos profunda han tenido en el imaginario popular metálico, pero sin lugar a dudas si que han penetrado con fuerza en el mío, representados con Rotting Christ como cabeza visible, referencia para profanos pero con una pleyade de grupos detrás legándonos grandes discos como es el caso de este crudo y violento “Caelid Dog Summer” de Fell Omen. Y es que aunque el Black Metal griego atesora un nexo común más o menos perceptible que los identifique, su mayor triunfo es en esa variedad que presenta en sí misma la escena. Fell Omen apuestan por la velocidad, por recuperar el “histérico” aceleramiento del punk rock que intuiamos de manera más o menos clara en muchos discos de la primera hornada del Black Metal mientras que a su vez no renuncian al Heavy Metal tradicional como influencia, sobre todo se hace perceptible la época de Iron Maiden con Paul Dianno lo que al final vuelve a conectar como círculo de vida con el punk.
Fell Omen renuncian voluntariamente a la evolución irreversible del Black Metal, prefieren crear atmósferas a traves de la violencia de su música que de epítetos oníricos. Fell Omen te sumergen en una cruenta guerra a través de las guitarras y la voz, pero no penséis que sus canciones desfilan en línea recta, son capaces de ir aportando detalles a las canciones para que se enriquezcan sin perder ni un solo ápice de crudeza irreductible a lo que ayuda la producción de este estupendo “Caelid Dog Summer” que a mí personalmente ha conseguido que haga crecer mi interes y admiración por la percepción más sombría y oscura del metal heleno.




















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