Un subgénero que cuenta con muchísimos seguidores es el cine carcelario. Hay multitud de tramas que se ven encerradas en una prisión, ya sean reivindicativas, dramáticas, bélicas, incluso cómicas, cualquier excusa es buena para meter a los protagonistas entre rejas y ver cómo se desenvuelven. Hay multitud de películas que se desarrollan en cárceles, pero voy a intentar elegir mis 20 favoritas. Entre ellas hay clásicos indiscutibles y otras más modernas que han recibido un reconocimiento internacional pero, como siempre, puede que eches en falta alguna o incluya alguna que no te gusta nada. En cualquier caso cualquier opinión es válida y te doy las gracias por leer.

Para intentar abarcar todo lo que puede incluirse dentro del cine carcelario voy a diferenciar la que transcurre en una prisión de la que acontece en un campo de prisioneros que, aunque los protagonistas están encerrados y privados de libertad, no se pueden considerar lo mismo. Entre los primeros vemos dramas personales, injusticias sociales o célebres errores judiciales, pero entre los segundos siempre son historias, algunas reales y otras inventadas, adosadas a una guerra o conflicto bélico muy conocido.

Como ya he dicho, espero que sepas perdonar mis elecciones, pero son estas. Me decanto por 20 de las primeras y 6 de las segundas. Hay muchas más y abarcan multitud de temas y conflictos, pero estas son las que más me gustan a mí. Dejo fuera algunas que podrían aparecer como “Alien 3“ de David Fincher (1992), “American history X” de Tony Kaye (1998) o “Salvador (Puig Antich)” de Manuel Huerga (2006) pero, como siempre, hay muchas donde elegir y vuelvo a insistir en mi agradecimiento por leer.

 

PRISIONES

 

1.- Veinte mil años en Sing Sing de Michael Curtiz (1932)

Tommy Connors es condenado a la prisión de Sing Sing por atraco a mano armada y los intentos de sobornar al alcaide para concederle un trato mejor fallan. Allí va convirtiendo su fanfarronería por honestidad y su mala suerte en los sábados le hacen librarse de un intento de fuga fallido. Su novia Fay le visita regularmente y su cambio de actitud le hacen ganarse el favor del alcaide cuando ella sufre un accidente y le permite salir para visitarla clandestinamente dando su palabra para volver. Esa visita deviene en drama cuando la traición de su socio Joe acaba a disparos y la prensa toma partido. Michael Curtiz, director de un montón de joyas clásicas al que se le ningunea sin medida, es el responsable de dirigir a Spencer Tracy, Bette Davis, Louis Calhern o Arthur Byron en este drama carcelario que poca gente conoce y merece un visionado ineludible para entender todo lo que vendría después.

 

 

2.- Soy un fugitivo de Mervyn LeRoy (1932)

Jim vuelve de la IGM como un héroe de guerra. Le esperan su familia y antiguo jefe para recibirle y comunicarle que le han guardado su antiguo puesto. Pero ya no es el mismo que se fue y busca otras cosas y otro trabajo. Recorre medio país sin resultado, hasta que una mala compañía le mete en un atraco con violencia y lo condenan a prisión. A partir de aquí se convierte en una crítica voraz al sistema penitenciario estadounidense. Un hombre inocente se convierte en criminal en una celda y las inhumanas condiciones en que viven los convierten en otros. Se escapa y se convierte en un prominente hombre en una empresa de construcción, pero la mujer que le ayudó en un principio le obligó a casarse y lo vende a la policía. Con falsas promesas acepta volver a la cárcel durante 90 días para ser personado y librado de cualquier penitencia pero, una vez más, los políticos mienten. Vuelve a fugarse y se convierte en un fugado para el resto de sus días, huyendo todo lo que le quede de vida. La crítica social es tan profunda como las ganas de libertad de James. Un reparto encabezado por Paul Muni, Edward Ellis o Allen Jenkins entre los presos, y Glenda Farrell y Helen Vinson entre las mujeres de su vida, componen una historia muy dura que supuso 3 nominaciones al Oscar, para Muni, para la película y el sonido.

 

3.- Fuerza bruta de Jules Dassin (1947)

Joe vuelve a su celda en la cárcel de Westgate después de pasar un tiempo en aislamiento. Son 5 presos y él lidera la planificación para evadirse. En la cárcel sufren el maltrato de los vigilantes liderados por el capitán Munsey y los soplones y malas condiciones son constantes. El médico y el alcaide están por la reinserción pero el político de turno y los funcionarios de seguridad optan por la mano dura y aprovecharán el intento de escapar para dar un golpe de mano a la dirección del centro. La hermandad entre algunos convictos, la falta de libertad, la muerte y las diversas circunstancias personales que han llevado a cada uno allí van intercalando la acción entre los muros y barrotes para dar una visión humana de cada persona que allí está encerrada.

Con el liderazgo de Burt Lancaster hay un puñado de secundarios de primer nivel como Charles Bickford, Sam Levene, Hume Cronyn, Jeff Corey o Art Smith entre los hombres y Ella Raines, Yvonne de Carlo o Ann Blyth entre las mujeres que les esperan fuera. Con dirección del acusado de comunista e incluido en las listas negras de Hollywood, sólido guión de Richard Brooks que posteriormente pasaría a la dirección, música de Miklos Rozsa y vibrante fotografía en blanco y negro de William H. Daniels, la visualización del título es tan salvaje y bestial como piensas imaginar.

 

4.- Quiero vivir de Robert Wise (1958)

Barbara Graham es una mujer involucrada en casi todos los delitos menores (robo, estafa, prostitución…) hasta que se casa con el hombre equivocado, tiene un hijo y vuelve a juntarse con sus compadres criminales que le involucran en el asesinato de una mujer minusválida. Es condenada a pena de muerte y la constante lucha contra las evidencias que la prensa y la policía mediatizan a la opinión pública la convierte en un drama realista sobre la vida y la muerte legal que se extiende por supuestos países civilizados como Estados Unidos. La vibrante interpretación de Susan Hayward fue galardonada con un Oscar como mejor actriz y el impoluto b/n de Lionel Lindon o el guión de Nelson Gidding y Don Mankiewicz sobre los artículos periodísticos de Ed Montgomery, muy alejado de la historia real en que se basa, convierten a la película en una de las enseñas más vivaces contra la pena capital.

 

 

5.- La evasión de Jacques Becker (1960)

Roland, Manu, Geo y Monseñor comparten celda en el penal de La Santé. Por obras en una sección reciben a un nuevo compañero, Gaspard, que rápidamente se hace con su confianza y participa en el propósito de fugarse que están acometiendo. Justo el día antes de fugarse el alcaide cita a Gaspard para comunicarle que su esposa ha quitado la demanda contra él por intento de asesinato. La convivencia en la diminuta celda entre los 5, la relación con los guardianes, los problemas que van surgiendo al plan, todo la convierte en un referente absoluto en el cine presidiario. Los actores, no profesionales, dan un toque de realidad, incluso uno de ellos fue preso y participó del intento de fuga que se produjo varios años antes. Último trabajo de un director que cuenta con varias joyas en su filmografía, como “París, bajos fondos”, “No toquéis la pasta” o “Los amantes de Montparnasse”, y es capaz de dotar a toda la filmación de un realismo y una autenticidad a prueba de bombas, siendo el reparto una parte inherente a ello. La película fue un gran éxito y la podemos ver reflejada en multitud de películas posteriores más reconocidas. Una obra maestra sin discusión ninguna.

 

6.- El hombre de Alcatraz de John Frankenheimer (1962)

Robert Stroud es condenado a 12 años de prisión por asesinato y es un tipo rudo y arisco que se mete en problemas constantemente. Se le vuelve a condenar a cadena perpetua en régimen de incomunicación, pero ahí pasa los días rutinariamente hasta que rescata a un gorrión y empieza a cuidarlo y buscar un objetivo en su vida. Poco a poco se va convirtiendo en un experto en ornitología y su encarcelamiento pasa entre aves e investigaciones para curarlos y criarlos. Se convierte en el mayor experto en la materia y su libro es considerado un temario experto y una gran referencia en la materia. Cambian de director de la cárcel porque envían a su anterior mayor a Washington primero y a Alcatraz después. Envían a Bob a la isla también perdiendo todos sus privilegios con las aves y estudios. La década prodigiosa de Frankenheimer, con títulos tan brillantes como “El mensajero del miedo”, “El tren” o “Siete días de mayo”, incluye esta maravilla con Burt Lancaster como protagonista absoluto, demostrando el gran actor que era, acompañado de insignes como Karl Malden o Thelma Ritter y un menos conocido Neville Brand que está fantástico como el guardia que le acompaña casi toda su vida entre rejas. La película obtuvo 4 nominaciones al Oscar incluyendo a Lancaster que está sublime, aunque fue un año excelso que competía con títulos tan sobresalientes como “Lawrence de Arabia” o “Matar a un ruiseñor” y el Atticus Finch de Gregory Peck.

 

7.- La leyenda del indomable de Stuart Rosenberg (1967)

Luke es sentenciado a 2 años en la prisión de Florida por romper unos parquímetros durante una borrachera. Allí se relaciona con Dragline, Society, Loudmouth, Koko y demás presos, dejando clara su personalidad inconformista y rebelde. Su lucha contra las injusticias, sus intentos de fuga, su pelea por seguir manteniendo su libertad individual se enfrenta a las rígidas normas de la trena y del compañerismo interno. El enfrentamiento inicial de Luke con Drag torna en amistad y camaradería llegando a decir Dragline que Luke es el mejor amigo de su vida. Está repleta de grandes escenas todavía recordadas hoy en día, como la apuesta de comerse 50 huevos, la sexy limpieza de un coche por parte de una de las pocas mujeres del vecindario, las fugas, el corte de hierba por parte de los presos… Logró 4 nominaciones al Oscar, incluido Newman como actor, y fue George Kennedy el galardonado como mejor actor de reparto. Una de las películas más emblemáticas de una generación repleta de enseñas.

 

8.- El día de los tramposos de Joseph L. Mankiewicz (1970)

Paris, Floyd, Cyrus, Dudley, Ah-Ping y Coy, entre otros, ingresan en la mazmorra federal de Arizona, sita en medio del desierto. Allí se instalan con The Missouri Kid y, tras la llegada del nuevo alcaide Mr. Lopeman, inician unas reformas para ganarse su favor con la única idea de fugarse. Con la inauguración de las nuevas obras aparecen el gobernador y una maestra para dar unos discursos y celebrarlo, pero los presos aprovechan para revelarse e iniciar una revuelta con objeto de fugarse. El espectacular reparto encabezado por Kirk Douglas y Henry Fonda se completa con nombres tan insignes como Warren Oates, Hume Cronyn, Burgess Meredith o John Randolph y logran que la propuesta de un director clásico como Joseph L. Mankiewicz, que mezcla comedia, cárcel y western crezca sin parar hasta un desenlace igual de cómico. Se complementa con la fantástica música de Charles Strouse que potencia la comedia o la fotografía en color de Harry Stradling jr. que da fuerza al western. Una de esas películas que casi nadie recordaría cuando hablamos de cine carcelario, pero resulta imprescindible cuando lo unimos a la comedia o el western.

 

9.- Papillón de Franklin J. Schaffner (1973)

Henri “Papillon” Charrière es condenado a cadena perpetua por un crimen que no ha cometido. Lo envían a la Guyana Francesa, a la Isla del Diablo, y en el trayecto conoce a Loius Dega, con el que entabla una relación de protectorado a cambio de dinero para intentar escapar. Toda la película es un intento de fuga, pasando por multitud de calamidades, buscando la ansiada liberación. La dureza, la enfermedad, los castigos, la insalubridad, el hambre, la enfermedad…, todo está en su contra y todo pasa por su vida. Un canto a la libertad basada en la novela autobiográfica que el propio Charrière escribió, con Steve McQueen y Dustin Hoffman en los papeles protagonistas, Dalton Trumbo en el guión y Franklin J. Schaffner tras la cámara. Los años dorados de Schaffner le sirvieron para dirigir varias joyas entre las que se encuentra esta durísima apología contra la deshumanización, donde la música o los paisajes son aprovechados al 100%.

 

 

10.- El expreso de medianoche de Alan Parker (1978)

Billy y Susan están de vacaciones en Turquía, pero al ir a coger el avión de vuelta Billy es apresado con 2 kilos de hachís encima y condenado a 4 años de cárcel. Allí se junta con Max, Jimmy y otros para intentar sobrellevar la dureza de las prisiones otomanas, los abusos, la suciedad y miseria, los soplones y traidores y los castigos de los carceleros. Poco a poco se va trastornando, especialmente cuando el tribunal decide reabrir su causa y volverlo a condenar a 30 años, desquiciándole y haciéndole perder el poco juicio que le queda. La crueldad con que se muestra la vida entre rejas, la mugre que rebosa cada esquina y la oscuridad reinante dentro cuando el sol reina sin remisión tras los muros, todo la convierte en un referente del género. La autobiografía de Billy Hayes, llevada a la gran pantalla por Alan Parker, que logró su 1ª nominación al Oscar como director, Brad Davis anteriormente a morir trágicamente de sida una docena de años después, John Hurt poco antes de que le saliera un alien del pecho, o Randy Quaid cuando era el hermano famoso antes de que Dennis le pasara por la derecha, obtuvo 6 nominaciones al Oscar de las que obtuvo 2, pasando a ser uno de los films inevitables cuando hablamos de cárceles y de la lucha por sobrevivir.

 

11 -Fuga de Alcatraz de Don Siegel (1979)

Frank L. Morris es trasladado a la prisión de Alcatraz una noche lluviosa. Allí el alcaide le notifica que nadie se ha fugado porque es imposible. Frank conoce a Tornasol, a Doc o a English cuando lo destinan a trabajar en la biblioteca. Se pelea con Lobo y los encierran en celdas de aislamiento sin luz. Al salir decide fugarse al notar que el cemento de su celda es débil por la sal y el agua del mar. Llegan los hermanos Anglin que también se han fugado de varias cárceles y coincidieron con él en Atlanta. Tras varios sucesos que aceleran el intento, Frank, John, Clarence y Charlie deciden intentarlo, pero este se queda atrás y, a la mañana siguiente, descubren que faltan 3 y, pese a que no encuentran los cadáveres, el alcaide los da por muertos. Nunca se encontraron y se considera que son los únicos presos que se fugaron de Alcatraz poco antes de cerrarla definitivamente. Don Siegel volvía a unirse a Clint Eastwood como protagonista, con Patrick McGoohan al mando de la roca y Fred Ward, Larry Hankin Paul Benjamin o Frank Rozio entre rejas. La inteligencia de Frank choca con la rutina y aburrimiento y deja en suspenso una de las fugas definitivas del cine carcelario.

 

12.- Brubaker de Stuart Rosenberg (1980)

Adaptación cinematográfica de la historia real de Tom Murtom que conmocionó el sistema penitenciario estadounidense en los años 60. Aquí es Robert Redford el que da vida al alcaide Brubaker que, antes de tomar la mano, se hace pasar por un preso más para ver las condiciones reales de la cárcel. Allí vive los maltratos, abusos y corrupción por parte de todo el mundo. Tratan como esclavos a los condenados que malviven para trabajar para las empresas de la zona de forma gratuita y sufren las humillaciones constantes por parte de los funcionarios y dirigentes. La vida en una prisión/granja del sur de Estados Unidos con todo lo que ello conlleva. Redford está sublime como Henry Brubaker, acompañado por un buen puñado de secundarios de primer nivel como Yaphet Kotto, Matt Clark, Morgan Freeman o Everett McGill entre las 4 paredes o Murray Hamilton, M. Emmet Walsh o Jane Alexander fuera de ellas. Estuvo nominada al mejor guión original, obra de W.D. Richter, aunque es una de las películas carcelarias definitivas.

 

 

13.- El beso de la mujer araña de Hector Babenco (1985)

Luis Molina y Valentín Arregui comparten celda en una prisión brasileña durante la dictadura. Uno es un homosexual apolítico que vive sumergido en su otra realidad creada a partir de representar su película favorita; el otro es un revolucionario de izquierdas torturado y encerrado por sus ideas políticas. La relación entre ambos y cómo afrontan su vida entre rejas es la trama central, entre la fabulación soñadora de uno y la rabia luchadora del otro. Sonia Braga es la mujer araña del título, y Raúl Julia y un extraordinario William Hurt, que ganó el Oscar a mejor actor, los protagonistas absolutos de esta adaptación de la novela del escritor argentino Manuel Puig. Una película que tiene muchas lecturas y que, entre muchas cosas, ocurre en una prisión, en una celda entre barrotes, suciedad, soledad y violencia, todo un islote entre las típicas cintas carcelarias.

 

 

 

14.- Cadena Perpetua de Frank Darabont (1994)

Frank Darabont adapta un relato de Stephen King sobre un hombre ingresado en la prisión de Shawshank condenado por un doble asesinato. Allí comienza sufriendo la soledad, abandono y abusos típicos de las películas presidiarias, pero utiliza sus conocimientos financieros para lograr los favores del alcaide y de algunos guardias a cambio de hacerles la renta y ayudarles con tramas fiduciarias. Establece amistad con otros presos como Red, Heywood, Tommy o  Brooks que no es capaz de afrontar la libertad condicional tras más de 50 años en prisión. El tiempo pasa sin pausa y las diversas tramas que vive en la cárcel le hacen pensar un poco más allá. Con escenas fantásticas como cuando Andy consigue el favor de los guardias trabajando en el techo y su consiguiente celebración con cerveza fría al sol, o la consecución de los fondos para restaurar la bibliotecas tras 6 años escribiendo cartas semanales al Senado… Tim Robbins se hizo un hueco definitivo entre los grandes y Morgan Freeman no para de acrecentar su figura, siendo parte de las 7 nominaciones al Oscar que obtuvo la cinta. Debut en la dirección para la gran pantalla de un tipo que siempre ha convertido sus trabajos en algo especial, aprovechando textos menos conocidos del autor más conocido en su época y elevando a artistas a la 1ª categoría.

 

15.- Homicidio en primer grado de Marc Rocco (1995)

James es un joven abogado al que encargan la defensa de un asesinato en primer grado de un preso de la cárcel de Alcatraz. Henri robó 5 dólares cuando deambulaba con su hermana buscando trabajo y comida tras la muerte de sus padres. Su mala suerte le llevó a Alcatraz y a fracasar en un intento de fuga. El alcaide auxiliar Glenn le castiga a la celda de aislamiento durante más de 3 años. Al salir asesina a su compañero de fuga que le traicionó a cambio de no aislarlo. Las malas condiciones sufridas durante tanto tiempo se convierten en la verdadera esencia del juicio y la relación entre Jim y Henri es el otro pilar sobre el que se basa el argumento de la película. Una historia potente, con un reparto grandioso (Kevin Bacon, Gary Oldman, Kevin Bacon, William H. Macy, Embeth Davitz, Brad Dourif, Kyra Sedgwick. R. Lee Ermey…) que en manos de un director talentoso habría subido como un gran soufflé, pero en manos de Marc Rocco se quedó a medio camino de lo que podría haber logrado.

 

 

16.- Pena de muerte de Tim Robbins (1995)

Matthew Poncelet es condenado a pena de muerte en Luisiana por asesinar a dos jóvenes y en la cárcel establece relación con una monja que hace de consejera espiritual. Su privacidad comienza mediante cartas para pasar al trato personal con la cercanía que Helen establece al tratar de ayudar al condenado a muerte. Susan Sarandon encarna a Helen Prejean, la religiosa que trata de ayudar moralmente a los condenados, y Sean Penn a Matt, el delincuente que tiene los días contados pese a jurar y perjurar que fue su amigo el que lo hizo. Ambos están sublimes en sus respectivos papeles y la distancia que Tim Robbins toma en la dirección, enfrentándose a la pena capital sin tomar partido por el reo, la hace más meritoria todavía. Susan ganó el Oscar a mejor actriz y Sean el Oso de oro al mejor actor del Festival de Berlín, debiendo Tim Robbins conformarse con nominaciones en ambos como mejor director. Una de esas cintas que se quedan grabadas en tu mente, tanto por su mensaje como por sus caracterizaciones.

 

17.- Huracán Carter de Norman Jewison (1999)

Rubin Carter fue perseguido desde niño por el inspector Della Pesca. Fue internado en un reformatorio y, al salir, se alistó en el ejército y se hizo boxeador profesional llegando a ser aspirante al cetro mundial. Pero el policía lo perseguía y le hizo responsable de varios asesinatos cometidos en un bar. Por ello pasó más de 20 años entre rejas hasta que establece contacto por carta con un chaval que vive en Canadá y ha leído el libro que escribió sobre su vida, luchando por su liberación hasta las últimas consecuencias. La película narra todos esos años de lucha, desesperación, odio y drama. Un director clásico como Jewison se hizo cargo del proyecto, con un plantel muy reconocible como Liev Schreiber, John Hannah, Deborah Kara Unger, Dan Hedaya, Rod Steiger o Clancy Brown, todos ellos molidos a palos por la espectacular caracterización de Denzel Washington como “The Hurricane”, tanto dentro como fuera de la cárcel, tanto con los guantes puestos o sin ellos. Un biopic que se cierra con una imagen mítica otorgando el cinturón de campeón a Rub en 1993, y donde la canción de Bob Dylan es tan mítica como la figura del protagonista.

 

18.- La milla verde de Frank Darabont (1999)

Frank Darabont volvía a adaptar un relato de Stephen King ambientado en una cárcel, concretamente ambientado en el pasillo de la muerte, la llamada milla verde por los funcionarios de prisiones que trabajan allí. Paul Edgecomb dirige a Brutus, Dean, Harry y Percy cuando John Coffey es trasladado para compartir la milla final con Arlen y Eduard. Es allí donde un drama carcelario se transforma en magia y fantasía. John tiene un poder sobrenatural para deshacer el mal ayuda a Paul, al Sr. Jingles (un ratón que aparece por allí y es entrenado por Ed Delacroix) y a la Sra. Moores, esposa del alcaide. El hechizo ensoñador en que transcurren los últimos días de los presos y el día a día de los vigilantes supuso la imponente aparición de Michael Clarke Duncan en un personaje inolvidable, junto al estrellato de Tom Hanks, David Morse, Sam Rockwell, James Cromwell, Patricia Clarkson o Doug Hutchison, siendo nominada a 4 Oscar y dando una visión repleta de imaginación al cine carcelario.

 

 

19.- Celda 211 de Daniel Monzón (2009)

Juan es un funcionario de prisiones que acude 1 día antes de incorporarse a su puesto para conocer a sus compañeros y las condiciones del trabajo, pero coincide con un motín iniciado por Malamadre, el líder de los presos, para conseguir una serie de mejoras en las condiciones del interno aprovechando la presencia de unos presos etarras. Juan se hace pasar por preso y se va haciendo con la confianza de Malamadre para liderar la rebelión, pero las represalias tomadas contra los manifestantes en el exterior provocan que todo se vuelva más inestable y violento, quebrando los planes ideados por todos. Le dio el 3er Goya para Luis Tosar como actor y el 1º para Luis Monzón como director, del total de 16 nominaciones con las que concurrió. Un reparto encabezado por Alberto Amman, Luis Tosar, Carlos Bardem, Antonio Resines,Marta Etura, Luis Zahera o Manolo Solo la convirtió en un éxito absoluto y al personaje de Malamadre en un icono del cine carcelario nacional.

 

 

20.- Un profeta de Jacques Audiard (2009)

Malik es ingresado en prisión con menos de 20 años y allí es solitario y acosado por todos hasta que César Luciani, cabecilla de los corsos le pide que mate a alguien a cambio de protección. Desde entonces lo protegen y empieza a trabajar para él, aunque no piensan que hará sus propios planes, aliándose con varios tipos, dentro y fuera de prisión, para aprovechar sus permisos. El director contó con casi todos los actores inexpertos, salvo algunos como Niels Arestrup, revelando a Tahar Rahir como un protagonista fantástico en el papel de Malik. La película fue un éxito, logrando premios en Cannes, los César, Bafta o el Cine Europeo, siendo candidata a los Oscar y Globos de Oro, confirmando la futura carrera de Tahar delante de la cámara o la excelencia de Audiard tras ella. Una cinta fantástica que demuestra que, en el siglo XXI, el cine fuera de Hollywood marca la senda a seguir.

 

 

Podía haber elegido cualquier otra de las diversas facetas que el género proporciona. Han pasado por mi mente cintas como “En el nombre del padre” de Jim Sheridan, que centra parte de su metraje en una cárcel, “Hunger” de Steve McQueen, que narra un hecho real de un miembro del I.R.A. que murió a causa de una huelga de hambre, “El experimento” de Oliver Hirschbiegel, que cuenta una experiencia real para ver la reacción humana ante la imposición de las normas carcelarias, “Alien 3” de David Fincher, la gran saga exitosa sometida al espacio con candados, “American History X” de Tony Kaye, sobre la existencia del fanatismo racial radical en la sociedad y cárceles de los Estados Unidos modernos pasando por el encierro, o una muestra más del género nacional con “Salvador” (Puig Antich) de Manuel Huerga, sobre el caso real del último ajusticiado mediante garrote vil, pero tenía que elegir y limitar la selección para no hacerlo demasiado extenso e inabarcable.

 

 

CAMPOS DE PRISIONEROS

 

1.- La gran ilusión de Jean Renoir (1937)

En la IGM un grupo de soldados franceses es capturado y llevado a un campo de prisioneros. Allí se unen al resto de capturados, entablan relación con los captores, trabajan en un túnel para escapar y demás ítems típicos de este cine. Actores franceses como Jean Gabin o Marcel Dalio se unen a otros alemanes como Erich von Stroheim o Dita Parlo para crear una de las primeras obras maestras del género. Todo el guión está aderezado de un sentido del humor que hace que el dramatismo de lo contado fluya de manera ágil, convirtiendo a la cinta en la 1ª película no hablada en inglés en ser nominada al Oscar a mejor película. Poco después Renoir daría el salto a USA filmando varias obras maestras durante la década de los 40.

 

 

 

2.- Traidor en el infierno de Billy Wilder (1953)

Un campo de prisioneros alemán durante la IIGM alberga a un grupo de aviadores norteamericanos que ha sido capturado. Las diversas intentonas por huir siempre resultaban fallidas y les llevó a pensar que había un traidor entre ellos. La convivencia en el campo, el barro, las metralletas o las gracias que dan respiro al guión dan un envoltorio perfecto a la historia. El propio Wilder y Edwin Blum adaptaron la obra de teatro que se representó en Broadway, dando el papel protagonista a William Holden, capaz de llevar a sus espaldas toda la intriga y suspense de la filmación gracias a su enorme talento. Robert Strauss y Harvey Lembeck cargaron con casi toda la comedia del film y Peter Graves, Neville Brand, Don Taylor o Sig Ruman redondeaban un reparto casi perfecto en todos sus papeles, aunque destaca la aparición de Otto Preminger como al oficial nazi que dirige el campo. Holden obtuvo el Oscar como mejor actor de las 3 nominaciones con las que contaba la película.

 

 

3- Un condenado a muerte se ha escapado de Robert Bresson (1956)

Durante la IIGM un hombre de la resistencia francesa es destinado y llevado a prisión. Allí se junta con más prisioneros, en celdas individuales y con un régimen de casi soledad pasando el día solo en su celda salvo el momento en que salen a tirar sus cubos sanitarios y a lavarse un poco. La película entera está narrada con muy pocos diálogos, basándose en la voz en off del protagonista contando sus acciones y pensamientos. La sobriedad y discreción por la que apuesta Bresson para contar una historia tan dura de la ocupación nazi es soberbia, magistral, con un estilo tan propio como todo su cine. Una de esas películas que no gustan a todo el mundo, pero que fascina al que engancha. El Festival de Cannes le dio el premio al mejor director y un joven Louis Malle ejerció de asistente. Un b/n austero que hará que no la olvides, con unas actuaciones tan medidas como creíbles y una importancia suprema del sonido, donde un ruido o un silencio son tan importantes como el dramatismo que estamos viviendo. Una obra magistral imperecedera.

 

4.- El puente sobre el río Kwai de David Lean (1957)

Primera entrega de las epopeyas épicas de David Lean, grandes súper producciones para narrar hechos históricos que adaptan novelas de gran calado. En esta ocasión adapta la novela de Pierre Boulle ambientada en el frente del Pacífico durante la IIGM. Los japoneses emplean a los británicos para construir un puente sobre el río Kwai basada en la construcción del ferrocarril en Birmania. El Coronel Nicholson encabeza a los prisioneros encargados de las obras, pero una disputa sobre lo reflejado en la Convención de Ginebra provoca la primera batalla personal entre el Coronel Saito, líder nipón, y Nicholson. Los maltratos y castigos al inglés van de la mano con la nulidad de los trabajos hasta que Saito cede y Nicholson lo convierte en algo personal. En esas disputas, el único representante del ejército estadounidense consigue escapar y la lucha de unos choca con la recuperación del otro en las playas rodeado de enfermeras y cuidados. Los mandos deciden que hay que volver al campo para hacer saltar por los aires el puente, trabajo al que se dedica en cuerpo y alma Nicholson. Espectacular producción que obtuvo 7 premios Oscar, incluidos Mejor película, director para Lean o Actor para Guinness. El reparto encabezado por Alec Guinness, William Holden o Jack Hawkins está soberbio, con unos secundarios fantásticos tanto en el ejército británico como japonés, y los paisajes naturales son imponentes dando la importancia debida al sofocante sol, al río, a la selva y cada una de las palabras que salen de la boca de cualquier actor.

 

5.- La gran evasión de John Sturges (1963)

Los nazis han construido un campo de prisioneros especial para evitar los intentos de fuga de los aliados, el Stalag Luft III, y han destinado a todos los prisioneros que más intentos de fuga han acometido para evitarlo. Allí planean, nada más llegar, las posibilidades disponibles para fugarse y el Coronel von Luger y sus hombres intentarán evitarlo. El Comandante Roger “Big X” Bartlett es enviado a dicho campo y planean fugarse haciendo un túnel hasta las afueras del campo. Hay imágenes que se quedan grabadas en el cerebro como cuando Hilts (Steve McQueen) es encerrado en la nevera y se pone a jugar con su guante y pelota de béisbol, o cuando Danny (Charles Bronson) sufre un ataque de pánico en el túnel que ha escavado… Las diversas tácticas para obtener datos y engañar a los alemanes se relatan con precisión y la camaradería y trabajo conjunto entre británicos, estadounidenses y australianos para lograr su objetivo salta de la pantalla. La química lograda por Sturges con todo el plantel se beneficia del carisma espectacular de Steve McQueen como protagonista absoluto de un elenco espectacular, secundado por James Garner, Donald Pleasance, Charles Bronson, James Coburn o la faceta actoral de Richard Attenborough. Una película mítica que pasará a la historia siempre con la impronta de Steve McQueen sobre la moto huyendo por los campos alemanes.

 

6.- La colina de los hombres perdidos de Sidney Lumet (1965)

Una película única al mostrar una prisión británica en el norte de África para los propios soldados británicos condenados por no cumplir las órdenes o saltarse el reglamento militar. Allí existe una colina de arena donde se obliga a los presos a subir y bajar cargados con sus mochilas para quebrantar su voluntad y obedecer. Unos recién llegados, Roberts, Stevens, King, McGrath y Bartlett son destinados a la misma celda e inmediatamente sometidos al castigo de la colina. El castigo excesivo lleva a la muerte de Stevens y a la sublevación de la prisión en general y Roberts en particular. El sol, el calor, la arena, la obediencia y la disciplina son unos actores más en la trama, dejando clara la extrema irrealidad de la orden militar. Un elenco británico de primer orde, encabezado por Sean Connery, con Harry Andrews, Ian Bannen, Michael Redgrave o Roy Kinnear, con la imponente presencia de Ossie Davis, logró un merecido reconocimiento internacional en este grito antimilitarista a cargo de un maestro indiscutible como Sidney Lumet.

 

Otra muestra del enorme nivel que se alcanzó, dejando fuera películas que, mejores o peores, son recordadas como “Evasión o victoria” de John Huston o “Camino al paraíso” de Bruce Beresford, así como la ingente cantidad de cintas sobre los campos de concentración y exterminio durante la IIGM.

Como siempre, cualquier error, olvido o discusión al respecto es únicamente mía y, esperando que sepas disculparme, te doy las gracias por leer.

by: Eduardo Garrido

by: Eduardo Garrido

Roquero, cinéfilo, lector empedernido que estudió Derecho para trabajar en una biblioteca y disponer de pelis, discos y libros a mano

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