Chris Columbus es uno de los grandes nombres del cine familiar, ya que como guionista se le puede atribuir títulos canónicos de este género como “Gremlins” o “Los Goonies” y como director comenzó una carrera, de la mano de John Hughes, con “Aventuras en la gran ciudad”, desembocando en los dos primeras entregas de “Solo en casa”. De ahí, llega su momento álgido que culminó a principio de este siglo con las dos primeras de otra saga de éxito mundial como “Harry Potter”.

Por motivos que desconocemos su estrella declinó con largometrajes menos populares, sin dejar las aventuras para toda la familia. Una trayectoria menor que en los diez últimos años solo había sido el responsable de “Pixels” y “Crónica de navidad 2”. Poco bagaje para un realizador de gran éxito poco tiempo antes.
Ahora de la mano de la mítica Amblin spielbergiana y Netflix nos llega esta entretenida intriga cómica donde se mezcla un caso de asesinato que intenta resolver un grupo de ancianos. No se puede obviar que el modelo es reeditar la buena acogida de “Puñales por la espalda” con el cine basado en las novelas de Agatha Christie, del que la cinta de Rian Johnson bebía pues el detective encarnado por Daniel Craig no era más que un émulo de Hercules Poirot. Tampoco se puede olvidar que otro de los célebres personajes de la escritora británica era Miss Marple, otra jubilada que resolvía todo tipo de crímenes y que en el cine ha sido adaptada en largometrajes como “El espejo roto”, protagonizada por Angela Lansbury y con un reparto de ensueño con gente como Elizabeth Taylor, Kim Novak o Rock Hudson.
Una constelación de estrellas que también aparecen por este “El club del crimen de los jueves” que encabeza Helen Mirren, Pierce Brosnan, Ben Kingsley y Celia Imre, con Naomie Ackie, David Tennant como secundarios y las apariciones estelares de otros veteranos como Jonathan Pryce o Richard E. Grant. Todo para narrarnos una intriga en una idílica residencia de ancianos donde se une un crimen sin resolver del pasado con otro actual que les incumbe en primera persona pues puede llevar a la desaparición de su hogar.
Columbus impregna de un tono familiar que no escandalizará a nadie (pues el humor es “blanco”) y su vetusto equipo de investigadores podía ser sustituido por adolescentes en un instituto o por prodigios con poderes en internados del tipo de “Miércoles”. Todo bien llevado en su puesta en escena, en dos amables horas de metraje que es complicado que aburran. De hecho, visto el resultado no sería de extrañar que el filme pudise pasar de la “gran pantalla” a la pequeña en forma de serie.
“El club del crimen de los jueves” no tiene vocación de trascender y, a buen seguro, no llegará al éxito de sus obras más famosas pero nos alegramos que Chris Columbus vuelva a la dirección pues representa un cine casi extinto, más clásico, de buenos sentimientos y que busca la complicidad con el espectador mediante un argumento sencillo, bien llevado y donde los planos no duran medio nanosegundo, apoyado en unos técnicos del calibre de Thomas Newman en la banda sonora, Don Burgess en la fotografía o Dan Zimmermann en la edición.




















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