“Weapons” se está convirtiendo en un auténtico fenómeno cinematográfico. Una de esas películas de presupuesto moderado que merced a su originalidad logran el favor del público más comercial y del cinéfilo.

Un éxito, el de unir gran taquilla y una producción modesta, al que está abonado el cine de suspense o el de terror pues la cinta hibrida ambos géneros pues a pesar de ser horror y proponer una malsana atmósfera, la película no ofrece demasiados sustos ni hace pasar miedo en la gran mayoría de su metraje. Eso sí, su guion es portentoso y su puesta en escena sensacional pues une los cuentos de brujas de antaño (voz en off infantil que narra los acontecimientos incluida) con los largometrajes de historias cruzadas. Algo así como juntar “Hansel y Gretel” con “Short Cuts” o “Magnolia”, con un resultado final magnífico que nos recuerda al de la novela, o película, de “El perfume”.
Su responsable es Zach Gregger que con “Weapons” supera las expectativas generadas por su estimable “Barbarians”. Él firma el guion y la dirección, dotando a su producto de un gran empaque, un ritmo estupendo y creando uno de esos personajes que, a buen seguro, se van a convertir en uno de los villanos recordados en el futuro. Y es que la tía Gladys es un antagonista perfecto, una presencia maligna que según avanza la trama peor es. Difícil que alguien se pueda sentir identificado con tan retorcido ser.
Un rol que encarna a la perfección una soberbia Amy Madigan que, suponemos, conseguirá una enorme cuenta de candidaturas a premios importantes (y eso que estamos todavía a finales de verano) como secundaria. Ella es la principal estrella de un reparto coral donde también destacan Julia Garner, Josh Brolin, Alden Ehrenreich, Austin Abrams o Benedict Wong. Todos funcionan en sus papeles más o menos arquetípicos donde hasta los niños consiguen interpretaciones no forzadas.
Y los infantes son núcleo central pues todo gira a la extraña desaparición de todos los niños de una clase, a excepción de uno, grabados por las cámaras fugándose de noche en dirección a ninguna parte. Un hecho que desata una ola de indignación en el pequeño pueblo buscando una explicación y alguien a quien culpar. Desde ese momento todo se cuenta desde diferentes puntos de vista que nos van acercando a la terrible realidad del suceso.
Así que con “Weapons”, Zach Gregger se confirma como un realizador a seguir en el futuro. Alguien quien con su obra ha conseguido un soplo de aire fresco en un género tan maltratado tantas veces como el terror.




















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