“Atentado en Londres: En busca de los terroristas del 7J” es el último de los documentales producido por el gigante Netflix. En este caso se nos narra la investigación posterior a los atentados del verano del 2015 en la capital británica que dejaron en primera instancia cincuenta y dos muertos y, por fortuna, ninguna en la posterior réplica a finales de julio.

Y es que el mundo yihadista no carece de interés aunque sí se nota un cierto cambio en la visión ideológica del tema pues no es lo mismo las producciones audiovisuales recién suceden los hechos que rodadas con cierta distancia temporal. Cosa que hemos podido observar en los largometrajes posteriores al 11-S, más centrados en lo heróico, sentimental y patriótico de cintas como “United 93” o “World Trade Center” que, para más INRI estaba dirigida por un realizador crítico con el sistema estadounidense como Oliver Stone, en comparación con películas más actuales donde sin dejar de ser duros con el terrorismo se atisba una mirada no favorable a los gobernantes.
Esta serie de cuatro episodios documental mantiene esa constante pues en ningún momento apoya ni a los integrantes de la cédula ni la mezquita donde se radicalizaron aunque eso no es óbice para explicar los errores cometidos por la policía y los investigadores que llevaron al trágico error que llevo a la muerte de JC Menezes, al ser confundido con uno de los terroristas cunado era inocente.
Sin duda, es el núcleo más importante que su autora Liza Williams intenta narrar. El racismo sistémico de la población blanca sobre el resto que lleva a una psicosis sobre musulmanes o el que consideran foráneo, llegando a confundir a un inmigrante brasileño con tipos de etnia árabe. Para ello, comienza con los testimonios de víctimas supervivientes del 7 de julio de 2015 para pasar a explicar el miedo de los autóctonos y el miedo al musulmán, aunque sea nacido en Gran Bretaña. Algo con lo que tiene que lidiar autoridades y fuerzas del orden (incluso aparece el testimonio del ex primer ministro Tony Blair) para llegar al argumento que intentan defender sus responsables tras la muerte de Menezes.
Técnicamente correcto, como buena producción inglesa, es cierto que el discurso está bien hilado aunque no termina de tener la suficiente pegada para el espectador ni aportar nada nuevo a lo explicado por otros similares.
Y es que el documental no es un género neutro ideológicamente aunque por su concepción, ya que sus responsables siempre se basa en una premisa más o menos política. En algunos se nota más y en otros, como este, intenta pasar más desapercibido.




















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