Amann & The Wayward Sons es una de las grandes realidades que ofrece el panorama nacional dentro del blues rock y el rock sureño. Una banda que bajo el homenaje al mítico tema de Kansas ofrece un compendio de buen hacer, tanto en la ejecución como en las melodías. No en vano, su confirmación con su cuarto álbum, el anterior “When the day goes slow” les ha empujado a anhelar cotas mayores pues, como ejemplo, tras este pequeño periplo por el sur de España se lanzan a recorrer tierras británicas.
Pero antes llegaban a una Sala Milwaukee que les recibía con calidez presentando una correcta entrada en este nuevo “tour” que lleva por título “Shake it like hell” anunciando el próximo lanzamiento de su quinto trabajo. Un cuarteto el bilbaino al que se le vio disfrutar en el escenario durante la hora y media de actuación, capitaneados por Pablo Amann alternando su Gibson SG 61 y el Dobro les Paul con pastillas P90 Goldtop (información proporcionada por mi amigo Nacho Gómez, con el que tuve la fortuna de compartir directo). El resto de la formación vizcaína son el bajo Rickenbacker de Jon Ander Madina, la batería de Txema Arana y el teclado Viscunt de Israel Santamaría.
Un sonido que transita entre clásicos como los Allmann Brothers o su derivación, vía Warren Haynes, con Gov’t Mule aunque el antes citado Nacho Gómez me sugiere que los temas nuevos tienen una diferencia sustancial en cuanto a tonalidad, cobrando protagonismo los tonos mayores en la segunda parte sobre los menores de la primera.
Un universo setentero que abren con su estupenda “Devil knows my name” y la anterior “Free soul” del álbum homónimo. Ambas de raíces “pantanosas” como “In the cove of the dead corpses” aunque pasan a emular el “Funky” en las atrevidas “Mystery woman” o “I need to change to stay the same”. No sería la única contribución a ese estilo musical pero en la noche portuense siguen escuchándose una buena colección de canciones como “Under pouring rain”, “Filthy train2 o “When the day goes slow”. También hay un momento de homenaje a Julián Maeso (un habitual el toledano por estas latitudes tan meridionales) con “Someday maybe someday” que antecede a sus nuevas composiciones como “Show up around”, “The drifter” o “Too Good to be true”, junto a la ya conocida “Lies”.
Una presentación que dejó buenas sensaciones y ante la petición del público, acometieron los bises con otra novedad como “Heroes” con una divertida versión del “Lonely boy” de The Black Keys
Unos Amann & The Waywards Sons que triunfaron en su visita por El Puerto de Santa María, en una Sala Milwaukee que es de las pocas que concede un espacio a las bandas de calidad. Como esta, pues Pablo Amann canta e interpreta sus instrumentos de la manera correcta, apoyado en unos grandes músicos que además bordan los coros. Normal que gustasen y se gustasen por su paso gaditano.
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