Duodécimo álbum de Marilyn Manson (publicado por Nuclear Blast) que eleva la propuesta de mejora presentada por «We are chaos», ofreciéndonos un disco más relajado que sus obras maestras de los noventa aunque el sonido sí se acerque a los del post rock y el gótico de esa década y la pasada. Imaginamos que parte de culpa la tiene la producción de Tyler Bates (quien ya trabajó con Manson en “The pale emperor” y “Heaven upside down” donde ofreció una deriva hacia el pop). Además el compositor de bandas sonoras de terror como los “Halloween” de Rob Zombie se guarda puesto en la banda como guitarrista, labor que comparte con el debut de Reba Myers, el regreso de Gil Sharone a la batería y Piggy D. al bajo.
Un LP que comienza con “One assassination under god”, con un teclado típico de los largometrajes de horror (el toque Tyler Bates) que precede a un corte que en sus estrofas nos puede recordar a unos Depeche Mode, llegando a un puente y estribillo de metal alternativo y un solo típico del industrial. Una buena forma de empezar.
El “One assassination under god- Chapter 1” continua con “No funeral without applause”, medio tiempo “in crescendo” en el estribillo, con protagonismo para el bajo y los arpegios de guitarra.
Un inicio más reflexivo que muta hacia el gótico y el industrial con “Nod if you understand” donde Manson vuelve a los orígenes de sus joyas como “Antichrist Superstar”, “Mechanical animals” o “Holy Wood” en su poderoso estribillo.
Aunque con “As sick as the secrets within” regresa al medio tiempo gótico- alternativo, clásico en sus discografía (sobre todo la del siglo XXI). De nuevo, lo más celebrado vuelve a ser su accesible estribillo, repetido hasta la extenuación al final de la canción.
“Sacrilegious” es un tema en la onda de “The beatiful people” o “mOBSCENE” aunque, por supuesto, sin llegar a esas cotas.
Más bajo y sonido gótico ochentero o noventero a lo Depeche Mode, o incluso The Cure”, en “Death is not a costume” aunque todo culmina en un puente y estribillo puro Manson.
Toda una declaración de intenciones contiene la letra de “Raise the red flag”, la canción más electrónica e industrial del disco que sirve de preludio al desenlace con “Sacrifice of the mass” que comienza con guitarra acústica que antecede a una balada de cierre al estilo de como sucedía en “Mechanical animals” con “Coma white”.
Un “One assassination under god- chapter 1” donde encontramos a un Marilyn Manson reflexivo, lejos de esa actitud arrolladora de los noventa (cosa por otro lado normal pues dejó hace tiempo de ser joven). Un trabajo de madurez con música orientada hacia una mayoría y con momentos excelsos, sin ningún relleno y un resultado notable.
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