El Tío Pepe Festival regresa en agosto a la ubicación del coqueto Patio de la Tonelería y lo hace a lo grande con la presencia de Luz Casal que vuelve a Jerez tras su visita en este mismo lugar en 2018. En esta ocasión, llegaba para presentar su último disco “Las ventanas de mi alma” (del que pudimos descubrir varias e interesantes declaraciones en la entrevista que realizó mi compañero Carlos Tizón).
Y en las casi dos horas que duró el concierto pudimos escuchar buena parte del álbum pues hasta nueve canciones tocó de este último trabajo junto a los clásicos que le han acompañado en su larga trayectoria en el mundo de la música. Y el público comprendiendo de la importancia de Luz Casal en la industria discográfica se lo agradeció con un lleno absoluto y aplaudiendo cada canción o parlamento de la gallega que salía a escena de una forma espectacular con el tema homónimo, cantado a contraluz en la parte trasera que simulaba la ventana que da título al Lp y con el único acompañamiento de una guitarra española y el sintetizador. Tras ella, ya en el escenario, acometió otra nueva como es “La inocencia” vestida, en esta primera parte, con pantalón y frac negro, camisa blanca y pajarita roja. Su repertorio se centró en presentar un par de novedades enlazándolas con éxitos pretéritos. En su primera tanda escuchamos “Volver a comenzar”, “Sentir” y, el primer momento de gran calado, con “No me importa nada” dedicada a las mujeres, con dibujos de famosas cantantes, escritoras, bailarinas, actrices o científicas apareciendo en la pantalla trasera, dejando para el final, en el centro, a su madre como mayor influencia.
En su espectáculo, ella es la absoluta protagonista, con la banda de cinco músicos (dos guitarras, bajo, batería y sintetizador) en el lateral. La notamos estupenda de voz, además es posiblemente la cantante que mejor vocaliza en español. Todo, como el río de Parménides, fluye a la perfección tanto en las nuevas como “Estaba escrito”, “Dame tu mano” y “Un lugar perfecto” como en su increíble interpretación de “Besaré el suelo”, expresiva y transmitiendo emoción en cada palabra, en cada nota, enlazando con otro momento de intensidad con “Entre mis recuerdos”. En ese instante, nos damos cuenta los presentes de que estamos viviendo historia viva de la música en España, cumpliendo la promesa que nos hizo al inicio Luz Casal de divertirnos y divertirse. Se nota que sigue amando la profesión pues los años no restan un ápice de su forma de entender la música, regalándonos sentimiento en su forma de cantar y de acometer la melodía. Es increíble su talento y profesionalidad que se une a la presentación de un buen disco, sencillo de defender por su calidad y por la facilidad de Luz Casal a la hora de cantar, con su preciosa tonalidad que no necesita gritos ni alardes innecesarios, lo que le hace brillar más en la noche jerezana.
Tras una pequeña pausa instrumental, vuelve con “Un nuevo día brillará” con cambio de vestuario, con un mono negro con flecos y lentejuelas. Nos hace cantar a todos los presentes el estribillo al unísono. Gran instante que se vuelve enorme con el primer sencillo de “Las ventanas de mi alma” titulado “Hola, qué tal”, su positivo y emotivo homenaje al Covid y a las dos mil llamadas que nos dice hizo durante la pandemia. A mitad de canción se para y llama por teléfono a una seguidora de Cambrils (Tarragona) para charlar en pleno directo. Antológico.
Sigue con “Quizás” y “Que corra el aire” donde notamos que mantiene su actitud rockera en su forma de moverse y controlar el escenario aunque cante un medio tiempo como “Antes que tú”, preparando esa parte más rock que deja para el final con la presentación de la banda y “Plantado en mi cabeza”, las mítica “Rufino”, “Loca” y colofón con “Un pedazo de cielo”.
Tras unos instantes con los presentes pidiendo más, vuelve a aparecer la banda para los bises. Luz Casal lleva un vestido largo con lentejuelas rojo, dorado y plateado. Perfecto para deleitarnos con “Piensa en mí”, aquel bolero que primero sacó en disco y se popularizó en la película de Almodóvar “Tacones lejanos”. “Negra sombra” la conduce a sus raíces con el poema musicado en gallego de Rosalía De Castro, la última del nuevo disco “Suave es la noche” y sentida conclusión con “Te dejé marchar”. Una Luz Casal que triunfó en Jerez y al que apenas se puede poner algún pero, salvo quizás los coros femeninos grabados y un leve acople en el sintetizador en la seminal “Las ventanas de mi alma”. Simples gotas, sin demasiada importancia, ante una artista con mayúsculas, uno de los nombres propios de la música en español que mantiene la ilusión, transmitiendo emoción en cada canción de su amplio repertorio. Y ya que estábamos en una bodega de la tradición de González Byass y siguiendo la analogía vinícola, Luz Casal es como los grandes vinos que con los años mejora.
Fotografías: Adrián Fatou (cortesía de Tío Pepe Festival)
Felicidades por el artículo. Tuve la suerte y el honor de poder asistir con mi esposa al concierto con mayúsculas que dio este pedazo de artista. Coincido plenamente en todos los comentarios a los que se refiere, incluidos los muy leves peros. Una sarta de emociones desde que los Reyes Magos nos regalaron las entradas, el momento previo, oír su voz en directo sin verle la cara, verla por fin, y lágrimas de emoción con «No me importa nada «. Un objetivo cumplido desde que, siendo un chaval, decidí renunciar a verla en Huelva cuando hizo de talonera de M.Ríos en la gira del verano del 83. Las expectativas se cumplieron con creces. En definitiva, un sueño hecho realidad. Mil gracias, Luz.
Muchas gracias por la lectura y el comentario. Coincido en que fue un gran concierto.
José Luis, yo diría que la fan de Tarragona era Ana Belén.
Un abrazo
Desde luego Ana Belén se llamaba. Grandísimo apunte que habrá que confirmar. Muchas gracias, Javi. Otro abrazo para tí.