El primer pensamiento que recorrió mi cabeza en el justo momento en que este «Tótem» cayó en mis manos, y antes de que mis altavoces diesen buena cuenta de lo que ocurría y discurría en su interior, fue el de seguramente una de las bandas menos valoradas, o por lo menos, no en su justa medida —vaya novedad hablando de rock hecho en este país, ¿verdad?— como es Labanda, banda señera del rock campestre y folk que ha dejado huella durante muchos años. Pero no encuentro parte de ello en la música de Vaka, al menos no de manera tan perceptible o como principal afluente, ya que Vaka basan su sonido en unas guitarras poderosas fundadas en el hard rock de corte clásico, junto al protagonismo de la flauta travesera. ¿Entonces hablamos ya de Jethro Tull y Ñu? Como queráis, pero no os vayáis a creer que va a ser tan sencillo, ya que la banda es capaz de crear su propia identidad.
Nos encontramos ante un fantástico disco, principalmente instrumental, de hard rock progresivo, con gran influencia del sonido de los 70. Desarrollos muy interesantes como los que nos encontramos en «Duende metal» donde se aprecian querencias al rock andaluz, las hechuras netamente hard rockeras de «Purple song», con unas guitarras que rugen con fuerza, el cruce de caminos entre el folk rock y el heavy rock más monolítico y primigenio de «Fogo», un corte más oscuro con planta doom en el tratamiento de las guitarras y ese fantástico contraste con la flauta, voces femenina y masculina, esta última, es la que me recuerda al Jose Carlos Molina más clásico. Gran comienzo el de «Hypnos» donde de nuevo se enfrentan cara a cara un poderoso riff y la travesía construida con la flauta.
Acompañamos a Vaka al averno con esa entrada tan Sabbath de «Ars infernali» con la que no he podido evitar sonreír maliciosamente pensando que pudimos habernos quedado sin los padres del heavy metal si finalmente la aventura de Tony Iommi con Ian Anderson hubiese fructificado. Por cierto, fabuloso ese cambio de ritmo previo al solo que te invita al headbanging. Tras la tormenta llega la calma en forma de la progresiva «Vento», con la que rememoras aquellas vacas sagradas —si, no he podido evitar el juego de palabras, para que engañarnos— del prog setentero. Más directo y enérgico es «Por Tutatis» puro hard rock, o «Terra», en la que incluso se adivinan instancias cercanas al heavy metal de principio de los ochenta que se facturaba con gloria en el Reino Unido.
En definitiva, un muy buen trabajo, mayormente instrumental, dinámico y con un tratamiento de las guitarras fabuloso. Un viaje por el hard rock progresivo de influencia setentera con toques folk. Grabado, mezclado y masterizado por Mr. Chifly (Habeas Corpus, Riot Propaganda) en los Estudio Corleone, por obra y gracia de Ana Grandal, Miguel Ledesma Flyn, Antonio Chaves y Chuemo. Un muy buen disco, sí señor.
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