Estamos en una revista de música, principalmente, así que sin ningún tipo de pudor diré: vaya cabrón el bueno de Larkin. Neuróticos es un poema que analiza con precisión la neurosis desde dentro. Un brutal poema en la tónica de este gran poeta inglés, que es una bomba de relojería por su conservadurismo particular y su poca inclinación hacia cualquier ideología política.
Neurotics, by Philip Larkin
No one gives you a thought, as day by day
you drag your feet, clay-thick with misery.
None think how stalemate in you grinds away,
holding your spinning wheels an inch too high
to bite on earth. The mind, it’s said, is free:
but not your minds. They, rusted stiff, admit
only what will accuse or horrify,
like slot-machines only bent pennies fit.
So year by year your tense unfinished faces
sink further from the light. No one pretends
to want to help you now. For interest passes
always towards the young and more insistent,
and skirts locked rooms where a hired darkness ends
your long defence against the non-existent.
Neuróticos, por Philip Larkin
Nadie te presta atención, mientras cada día
arrastras los pies, espesa arcilla, con desdicha.
Para nada piensan en cómo el estancamiento en ti trajina,
sujetando tus ruecas una pulgada demasiado arriba
como para hacerte sentir en el mundo. La mente, suele decirse, es libre:
pero no tus formas de pensar. Estas, oxidadas anquilosadas, admiten
sólo lo que te acusará u horrorizará,
como máquinas tragaperras en las que solo caben centavos doblados.
Así que año tras año, tus tensos rostros inacabados
se hunden cada vez más lejos de la luz. Nadie pretende
querer ayudarte ya. Porque el interés pasa
siempre hacia lo más joven e insistente
y rodea habitaciones cerradas en las que una oscuridad cansada termina
con tu larga defensa contra lo inexistente.
A veces la vida es una trampa. O siempre la vida es una tampa y a veces somos conscientes de ello.
Así es, querido Javier…
Como antídoto a esto, se me ocurre la canción de Yes, Owner of a lonely heart.
Ángel