Esperada segunda parte de “Wicked”, el archipremiado musical de Winnie Holzman y Stephen Schwartz que ha conquistado Broadway y Londres, donde se puede todavía ver en el Apollo Victoria. Un éxito sin precedentes.

Además su primera entrega dejó gratas sensaciones pues respetaba el texto (entre los guionistas se encuentra la propia Winnie Holzman) y la música original (en este caso de Stephen Schwartz con John Powell). Tanto que la banda sonora parecía emular la pequeña orquesta que se escucha en los teatros, cosa que queda más clara en esta continuación en unas cuantas canciones.
John M. Chu mantiene el pulso en la realización. Quizás no posee la sorpresa de su antecesora pero visualmente no se puede poner ni un pero, integrando los efectos especiales (sobre todo los visuales) en una historia bien contada sobre como se conocen las dos brujas de “El Mago de Oz” y como llegan a convertirse en enemigas. En éste segundo acto además del protagonismo de sus dos estrellas se nos cuenta como se crea la “Bruja del Este”, el león cobarde, el hombre de hojalata y el espantapájaros. Además se le da más minutos de pantalla al Mago de Oz interpretado por Jeff Goldblum y se tiene la genial idea de que Dorothy aparezca siempre de espaldas o de perfil, por lo que nunca se le ve la cara.
Aunque las estrellas son sin duda Ariana Grande y Cynthia Erivo quienes además de cantar de forma admirable tienen química entre ellas, por lo que funcionan a la perfección en pantalla y pueden mitigarse u obviarse sus defectos que, por fortuna son los menos. Le acompañan en el reparto en sus papeles principales Jonathan Bailey, Marissa Mode y una Michelle Yeoh, a la que se le aporta un rol dicotómico que comienza como maestra del bien para acabar casi como la principal villana.
Esto último es algo para nada original y propio de estos tiempos aunque es algo que lleva ocurriendo desde que Mozart en “La flauta mágica” hizo pasar a La Reina de la Noche de un carácter positivo a malvada según avanza la trama. Ahora existe esta tendencia en el cine familiar donde a las malvadas de los clásicos infantiles se les convierte en protagonistas, ofreciendo su punto de vista. Una moda que intenta relativizar conceptos como bien y mal, algo peligroso para su público objetivo. Pero ya se sabe que todo vale en la llamada “batalla del relato”.
Con todo este “Wicked” es un buen ejemplo de largometraje de masas que aporta cierta brillantez desde sus aspectos técnicos y artísticos. Un entretenimiento pasajero que ofrece las mejoras que puedan demandar los seguidores de un musical tan aclamado y que ha tenido continuación estética en series como “Miércoles”.




















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