El dilema moral es uno de los puntos del guion que suele suscitar interés en el guion pues, de esa forma, el espectador puede empatizar mejor con las acciones más reprobables del personaje, quien además mediante este recurso suele contener mayor profundidad psicológica.

Es el caso de “Los Tigres”, nuevo trabajo de uno de los mayores talentos del cine de acción en España como es Alberto Rodríguez. Un realizador que, de nuevo, construye un filme espectacular sobre una pareja de hermanos buzos que por la precariedad del oficio (cosa poco probable) y las enfermedades y riesgos generadas por el peligroso trabajo tienen que elegir entre entrar en una deriva autodestructiva vital (pérdida económica y familiar) o cometer un acto delictivo difícilmente rastreable. Esa elección entre lo bueno y lo justo de la que hablaba Kant.
Unos actos donde ese hombre lastrado por las enfermedades laborales y una pésima relación con su ex esposa le fuerza a cometer algo ilícito Y de esa manera, comprendemos las motivaciones de esos hermanos perdedores y su oportunidad para salir de una espiral de tristeza, marcada por la tragedia. Y en eso, el guion de Alberto Rodríguez y Rafael Cobos es modélico, convirtiendo la epopeya en un filme emocionante y bastante creíble, marcado por el paisaje industrial de Huelva y ecos de “La isla mínima” aunque no llegue a esas cotas de excelencia.
Y si el libreto es notable, no lo es menos la dirección, tanto en tierra como la submarina. Y es que una de las especialidades de Rodríguez es su facilidad para dotar de ritmo a sus películas y “Los Tigres” posee una puesta en escena poderosa, además ambientada a la perfección convirtiendo ese paisaje acuático, petrolero y petroquímico en otro personaje más. Cerca de dos horas que pasan en un suspiro y que demuestra la pericia de su realizador tras las cámaras.
Entre el reparto destacan los dos roles masculinos, con unos espectaculares Antonio De La Torre y, como secundario, Joaquín Núñez aunque el co protagonismo sea para una Bárbara Lennie correcta y esforzada pero cuyo acento menos andaluz no termine de casar con el resto del reparto. Aun así, su labor no es ni mucho desdeñable dentro del acertado elenco.
Técnicos solventes, la mayoría de ellos de confianza de Alberto Rodríguez consiguen que “Los Tigres” sea otra buena muestra de uno de los mejores creadores españoles. Un nombre suele ser sinónimo de filmes tan emocionantes como bien realizados.




















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