En la vena del mejor y más reconocido heavy metal épico procedente de Alemania, se nos presenta este “Arcane tales” de los italianos Crystal Skull en el que se combinan riffs de guitarras en la tradición de Iron Maiden con elementos propios de Helloween u otros grupos del mismo corte que contribuyeron al renacimiento del heavy metal hace ya unas décadas, es decir, galopadas, doble bombo y melodías de guerra que como ya la propia portada nos indica nos sumerge en esa imaginería tan propio del -no solo- heavy metal europeo.
Tras la intro de rigor, cabalgan hacia la gloria con la speedica “Gates of skull”. Más interesante resulta “Prisoner in the night” donde fusiona melodías y coros a lo Blind Guardian con ritmos de guitarra influenciados por el dúo Smith/Murray. “Stormbreaker (Turok axe)” suena a los Helloween más añejos, con un grado más de dureza principalmente por la voz, mientras que el estribillo atesora un cierto regusto a Accept. Nueva intro y de lleno nos metemos en “Ancient’s ritual” en la que se empeñan en persistir de que a pesar de la importancia del power metal y el metal sinfónico en su país de origen, lo suyo es más centroeuropeo y en la importancia de los coros y en no dulcificarlos en exceso buscando grandilocuencia.
El trabajo instrumental de Crystal Skull resalta, cómo fortalecen las canciones dando visibilidad a los riffs e intercalando las partes instrumentales. “Am-Aras (Black Lord)” eleva la potencia, con una batería que se acelera y unas guitarras contundentes antes de que entre la parte vocal que deriva hacia los postulados del heavy metal más tradicional y ese estribillo a lo Running Wild. “The underdark” vuelve a sacar a relucir las influencias de Iron Maiden principalmente en el tratamiento de las guitarras. “Queen of the black moon (Erevyn’s fate)” si cambia de punto de mira y apunta hacia el ampuloso power italiano, de principio esos coros nos dan las pistas suficientes para saber a qué atenernos. “Defenders” regresa a los dominios de Blind Guardian, sobre todo a su arranques más veloces.
“Glory or damn” toma la misma dirección aunque quizás en esta ocasión podamos reconocer como maestro de ceremonias a Kai Hansen. Dejan el momento más épico del disco para los nueve minutos y pico que le ponen punto y final con “Homecoming (Redgar’s tragedy) alternando momentos más sosegados con otros en los que lanzan a la caballería al ataque. Un disco que se escucha bastante bien este segundo trabajo de Claudio Livera aka Claudio the Ripper y sus Crystal Skull.





















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