Cuarto “Superman” diferente y un acercamiento innovador. Tras Christopher Reeve, Brandon Routh y Henry Cavill llega David Corenswet para encarnar al superhéroe de traje azul y capa roja.

Y es que en las distintas versiones, la de Donner (y las posteriores de Lester y Furie) intentaban explicar el cómic, los orígenes de Superman y la dicotomía entre humano y extraterrestre. Todo con un gran sentido de la acción, el espectáculo y el romance. La de Singer seguía ese poso, un trabajo melancólico que aunaba clasicismo y los brutales efectos especiales de entonces. Snyder nos ofrecía un largometraje más maduro, con un Clark Kent más maduro que acababa convirtiéndose en un dios para el planeta Tierra, con muchos momentos reflexivos y referencias religiosas. Está claro que james Gunn debía ofrecer algo que no se limitase a copiar otras películas del personaje. Y en eso, no hay duda porque su “Superman” es rompedor. Demasiado, pues ha plagado su obra de muchísimos alivios y momentos cómicos, desmitificando al héroe, convertido en un “niñato” y donde es complicado tomarse en serio nada de lo que sucede.
Y es que James Gunn procede de Marvel donde dirigió las tres partes de “Guardianes de la galaxia”, de las que este filme guarda ciertos paralelismos. No es el único pues de su desaastroso “El Escuadrón Suicida” también incide en ese sentido del humor constante que hibrida con la acción. También se pueden ver líneas parecidas en “El pacificador” (de hecho, hay hasta algún cameo), serie donde es responsable Gunn o de otros autores como también el serial “The boys” o la fallida “Thor: Love and Thunder” de Taika Waititi. Todos ejemplos de arrasar con los mitos y unir la aventura con la comedia casi a partes iguales.
Y ese es el principal error de este “Superman” pues su guion es un delirio que es cierto que va de más a menos, con un superhéroe recibiendo más golpes que los que da, comportándose como un consentido con ataques de ira minetras que la sensatez la pone Lois Lane y siendo salvado varias veces por un perro con capa. Suponemos que han buscado un público adolescente como público objetivo. De hecho, esos fueron los que vimos disfrutar más en la sesión del cine donde vimos la película.
Pero todo no es negativo, pues David Corenswet cumple a la perfección como Superman y Nicholas Hoult está brillante como Lex Luthor, a la altura de Gene Hackman. Un personaje bien definido donde sus motivaciones para acabar con el kryptoniano están perfectamente definidas. Sin duda lo mejor de esta versión.
Con ella, DC intenta acercarse a otros segmentos de edad. Imaginamos que esta serie de “Dioses y monstruos” llevará ese sello pues en el final con “Supergirl” parece que la desmitificación continuará. Lo que no se sabe es el rendimiento de taquilla pues Marvel empieza a languidecer en la gran pantalla con esa idea infantil de chistes y golpes. Veremos en el futuro pero a pesar inferior a “El hombre de acero” comparte el ser transgresora y eso es de agradecer. Tanto como la banda sonora, tanto en el “score” homenajeando a John Williams y Hans Zimmer como en la elección de las canciones.




















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